lunes, 6 de noviembre de 2017

Como es adentro es afuera


Como es adentro es afuera.

Por eso, si no tienes suficiente dinero.
La enfermedad está en el interior.
Y debe ser curada lo antes posible.
Porque tu realidad financiera es sólo una proyección de los miedos y creencias con los que has convivido durante años.
Si la negatividad interna no se toca.
La abundancia no llegará aunque se trabaje 12 horas los 7 días de la semana.
Y aunque se acumulen maestrías y doctorados.
Hasta que no asumas tu divinidad la abundancia te estará vedada.
El flujo de la prosperidad estará bloqueado en tu vida.
Como cuando desde el banco bloquean tu tarjeta de crédito.
Dios ama a sus hijos.
Entonces no tiene sentido que sus hijos pasen angustias y privaciones desde que nacen hasta que mueren.
Cuando son jóvenes porque no tienen experiencia.
Cuando son maduros porque el gobierno los sofoca con impuestos.
Cuando son ancianos por los gastos médicos y lo magras que son las jubilaciones.
Muchos creen que las causas de tantas dificultades está en factores fuera de nuestro control.
Pero la riqueza o la pobreza comienzan en la mente.
Hasta que no asumamos nuestra grandeza.
Nuestra divinidad.
Nuestra capacidad ilimitada de desarrollo personal.
Nuestra habilidad y creatividad inagotables.
Seguiremos proyectando sobre el campo de inteligencia infinita que subyace a las formas visibles.
Sentimientos de inseguridad.
La percepción de la vida como algo duro e injusto.
El acceso a la riqueza como algo propio de personas frías y despiadadas que sólo piensan en cosas materiales.
O bien un privilegio reservado a unos pocos afortunados.
Con ese tipo de ideas y sentimientos.
Seguiremos bloqueando el torrente de la riqueza hacia nosotros.
Qué poderoso es este principio "como es adentro es afuera".
Porque nos permite comprender por qué hay tanta miseria.
Y nos permite curar la enfermedad llamada "pobreza".
Transformando la mente.
Para comenzar a proyectar desde el interior.
La salud infinita.
La prosperidad para todos los que la deseen y crean en ella.
La felicidad constante.
Y la grandeza de una vida magnífica.
Por ello hay que agradecer.
A la pobreza.
A la enfermedad.
A la tristeza.
Porque nos ponen en una situación que nos obliga a mirar a los ojos del Creador y comprender así los secretos del Universo.
La creación es un atributo de Dios.
Y de todos sus hijos.
Porque somos creadores al igual que la fuerza que nos vio nacer.


- Martín Macedo-

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