miércoles, 11 de octubre de 2017

Somos un trozo de divinidad.


Somos un trozo de divinidad.
Experimentando la vida en 3D.
No es una experiencia fácil.
Pero el objetivo de esta vida es aprender.
Hemos venido a aprender.
Y tenemos toda la eternidad para hacerlo.
Si no lo logramos en una vida.
Podemos volver otra vez.
Y otra, hasta que hayamos terminado lo que faltaba terminar.
No importa que sea difícil.
No importa que a veces duela.
No importa que en algunos momentos quedemos paralizados por el temor.
Si somos valientes vale la pena.
Y si nuestra mente trasciende las limitaciones de las formas aparentes.
Podremos alcanzar una gran felicidad.
Y experimentar el paraíso dentro de las limitaciones del cuerpo y del mundo material.
La felicidad no se encuentra en el futuro, en un paraíso al que hay que sumar puntos para ingresar.
La felicidad está en este mismo lugar y en este mismo momento.
Porque no existe otro lugar que éste.
Ni otro momento que éste.
Si no soy feliz ahora, me lo he perdido.
Y lo que único que vendrá será otro ahora.
¿Y me lo voy a volver a perder?
¿Esperando que vengan mejores tiempos?
Si sigo haciendo lo mismo, seguiré perdiendo oportunidades.
Hasta que aprenda.
Y como hemos venido a aprender.
Tarde o temprano comprenderemos.
Aunque tome miles de años.
Que somos eternos.
Que somos inmortales.
Que somos existencias completamente equipadas.
Que el significado de vivir es crear y crear maravillas.
Y que la felicidad se alcanza cuando ayudamos a otros a conseguirla.
Entonces vale la pena.
A pesar de las dificultades y limitaciones.
Porque los límites los barre un nuevo pensamiento .
Y los obstáculos son sólo combustible para la voluntad de hierro.

- Martín Macedo-

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