miércoles, 11 de octubre de 2017

Despierta somos uno

Conexiones energéticas entre parejas.
Hay veces en que conocemos a una persona e inmediatamente sentimos un click, una fuerte atracción y deseo por esa persona.
En este caso se ha producido un vínculo a nivel del primer chakra (1er la raíz ) y el intercambio sexual suele ser apasionado, intenso y la relación dura tanto como lo haga el propio intercambio sexual, ya que una vez satisfecha esa necesidad, ese fuego interior, desaparece el vínculo.
Al despertarse (si es que han conseguido aguantar toda la noche junto a la otra persona), ven a su lado a un completo extraño. Y así es, ya que no se han establecido vínculos más alla de los chacras inferiores.
Los amigos tienen lazos a varios niveles, no necesariamente a nivel sexual, pero sí afectivo, ya que son compatibles al menos en un porcentaje para que se produzca una atracción más primaria.
Puede venir o no acompañada de un fuerte impulso sexual (una conexión a nivel del primer chakra intensa), o vivirse como una experiencia más genérica desde varios chakras.
El nivel afectivo se suele mantener en el segundo chakra (es cuando decimos que queremos mucho a la otra persona, pero no la amamos), y esta situación suele mantenerse mientras ambos se sienten cómodos en los límites establecidos (es decir, que ninguno alcanza el cuarto chakra o intenta establecer vínculos más fuertes de los que la otra persona es capaz de asumir en ese momento).
Cuando esto sobre pasa el límite establecido y se llega al contacto sexual, esta puede vivirse como muy placentera a nivel físico, y se mantiene una afectividad razonable como para no sentir que se está con un extraño, pero este tipo de relación suele carecer de la sensación de profundidad de un enamoramiento.
Hasta aquí nos movemos entre relaciones de primer nivel, o físicas, y cuando entramos en la esfera del cuatro chakra se dice que incluímos los aspectos espirituales en las relaciones sexuales.
Dos personas que se enamoran, establecen lazos fuertes a través del cuarto chakra (corazón).
Cuando dos personas enamoradas tienen relaciones sexuales, se produce un curioso intercambio de energías que conduce a la sensación de plenitud. Si tomamos el dicho popular que dice que la mujer ama más que el hombre, nos podemos hacer una idea de lo que está sucediendo a nivel energético.
En la mujer el cuarto chakra (4to corazón) está fuertemente activado y proyecta energía hacia el cuarto chakra de su pareja, que lo recibe, y lo metaboliza llevándolo hacia el primer chakra, provocando una reacción sexual que proyecta hacia ella.
La mujer recibe esta energía a través del acto sexual y la metaboliza llevándola de nuevo al cuarto chakra, cerrando así el ciclo. Este intercambio va aumentando de vibración y de intensidad hasta llegar al orgasmo energético conjunto (que no tiene por qué coincidir con un orgasmo físico), que se manifiesta en esa sensación de plenitud y de pertenencia (cuando se dice que los dos son uno).
Por eso una mujer debe estar preparada para recibir la energía sexual masculina y la forma de llegar a ella es a través del chakra del corazón, por eso se dice que el hombre expresa su amor a nivel sexual, por eso cuando el hombre se siente rechazado a nivel sexual también lo siente como un rechazo emocional y personal, por eso la mujer necesita de una expresión afectiva después del acto sexual, ya que su cuarto chakra sigue abierto y muy activo….
De ahí la diferencia entre el sexo y hacer el amor, ya que las implicaciones a nivel energético y de vínculo son muy diferentes entre ambas personas.
Cuando una pareja está conectada por sus chakras superiores, se darán cuenta que frecuentemente están pensando lo mismo al mismo tiempo, esta cualidad telepática resulta muy gratificante para los enamorados y usualmente se llega ahí después de mucho trabajo en la relación.
El beso en la frente (tercer ojo) es muy simbólico en las relaciones con lazos fuertes incluso a nivel familiar.

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