sábado, 28 de octubre de 2017

No hay separación entre allá afuera y aquí dentro


Hay tanta vida en el universo.

Tanta belleza.
Tanta luz.
Tanta magia.
Y los hombres miran por el telescopio y piensan:
¡Cuántas maravillas allá arriba!
¡Si yo pudiera tener una millonésima parte de esa energía podría hacer cualquier cosa!
El hombre corriente cree que está separado del universo.
Contempla su pequeñez y se siente frágil.
Y le pide a un Dios externo que lo proteja y lo guíe.
Y así el hombre vive vida tras vida, centenares de experiencias hipnotizado con la ilusión de la separación.
Pero finalmente un día despierta de su largo sueño y comprende.
Que no debe identificarse con su cuerpo.
Porque su esencia es infinita.
No hay separación entre allá afuera y aquí dentro.
Porque yo soy todo y soy la parte.
Que ha olvidado y ha vivido la angustiante experiencia de la separación.
Pero este sueño no dura eternamente.
Un día la gota de agua comprende.
Y asume su grandeza.
Porque para la inteligencia infinita que lo interpenetra todo.
No hay chico ni grande.
Ni comienzo ni fin.
Ni fuertes ni débiles.
Sólo una gigantesca corriente de voluntad infinita.
Que elige experimentar todos los estados, todas las fases y todos los matices.
Para finalmente volver al origen.
Y comprender que nunca hubo separación.
Y que el poder infinito estuvo siempre allí.
Haciendo latir tu corazón con una pasión infinita.
Porque nunca dejaste de ser la vida infinita.
Con recursos infinitos.
Abundancia infinita.
Éxito infinito.
Y salud infinita.
Y mi misión es ayudarte a recordar.
Porque cuando despiertes, el mundo se estremecerá de gozo.


- Martin Macedo-

No hay comentarios:

Publicar un comentario