Abrazo de oso. El que abraza se curva levemente sobre el más bajo, envolviéndolo con los brazos. El que es abrazado apoya la cabeza en el hombro o pecho del otro y rodea la cintura del que abraza. Los abrazos de oso, se dan entre padres e hijos; abuelos y nietos. Entre amigos y entre esposos. El oso es un animal de poder que refleja seguridad, lealtad, protección, fortaleza puesta al servicio del acogimiento del otro.
Abrazo de mejillas. Demuestra ternura y bondad y tiene una cualidad espiritual. Se puede dar sentado, de pie o hasta con una persona sentada y otra de pie, pues no se necesita contacto físico total. Este abrazo se da entre amigos íntimos, entre la pareja o con un ser querido. Ambos son abrazador y abrazadores.
Abrazo en A. Las personas deben estar de pie, frente a frente y colocar los brazos alrededor de los hombros. El costado de las cabezas queda apoyado en la del otro y el cuerpo está inclinado hacia delante sin que haya contacto debajo de los hombros. Es un abrazo clásico y muy apropiado para las relaciones recientes o cuando se requiere cierto grado de formalidad. EL abrazo se produce únicamente con la parte de nuestro cuerpo referida a lo mental, quedando fuera de él nuestro corazón y nuestros genitales.
Abrazo sándwich. Formado por tres personas, dos de ellas se colocan frente a frente y el tercero, en medio de los dos. Este abrazo proporciona sensación de seguridad y apoyo, Es ideal para compartir en familia (madre, padre e hijo), y entre amigos.
Abrazo impetuoso. Es por lo general breve y se caracteriza, porque el que abraza corre y echa los brazos al cuerpo del otro. El que es abrazado debe estar preparado para responder al apretón y tener una sensación agradable. Otra manera de dar este abrazo, es cuando los dos corren el uno hacia el otro y se estrechan con pasión. Este abrazo se da cuando se dispone de poco tiempo, y se recomienda incluir abrazos más suaves y duraderos para no hacerlos tensos. Se utiliza en un momento en que queremos desearle suerte a alguien para expresar cariño, pero de una manera apurada o espontánea.
Abrazo grupal. Símbolo de cohesión y empoderamiento. El grupo se coloca en círculo y los brazos rodean hombros y cinturas. Una de las variantes de este abrazo es cerrar el círculo avanzando hacia el centro y luego retroceder separándose con un grito de júbilo o con un apretón de despedida, tal cual en los bailes rusos. Este abrazo proporciona calidad de apoyo, seguridad y afecto, además de un sentimiento de unidad y solidaridad. Es ideal entre compañeros de clase, de oficina o de un equipo.
Abrazo de costado. Es muy usual darlo mientras dos personas caminan juntas. Pueden estar tomadas por la cintura o por los hombros. Se caracteriza también por ser un abrazo alegre y juguetón. Es apropiado cuando caminamos, paseamos o esperamos en la fila para entrar al cine o al teatro. Este abrazo es común entre la pareja, entre padre e hijo, madre e hijo, entre hermanos y también cuando los buenos amigos desean hablar. Es un modo de acompasarnos, por lo que expresa un deseo inconsciente de caminar en la misma dirección y al mismo ritmo.
De forma insana, en parejas con falta de seguridad, puede revelar un “marcaje” de territorio o un querer llevar a la pareja tu propio ritmo.
Abrazo por la espalda. El que abraza se aproxima al otro lado desde atrás, rodea su cintura con los brazos y lo estrecha con generosidad. Este abrazo suele ser breve y juguetón y la sensación de fondo es de felicidad y apoyo.
Abrazo de corazón. Se considera que es la forma más elevada del abrazo. Se inicia un contacto visual mientras la pareja está de pie, frente a frente. Los brazos deben rodear hombros y espalda y las cabezas se juntan y se establece un contacto físico. Los dos deben concentrase en la ternura que fluye desde un corazón hacia el otro y respirar con lentitud. Es preciso anular posibles distracciones. Éste es un abrazo sublime, largo, afectuoso, abierto y genuino. Puede expresar amor puro e incondicional. Se da entre viejos amigos o amigas muy recientes que se unieron por una experiencia y emoción común y, por supuesto, entre una pareja.
Abrazo a la medida. La persona que solicita o que ofrece el abrazo busca una sensación determinada, proteger, dar amor, expresar complicidad… Y este se produce de la manera que satisfaga esa necesidad
Abrazo con palmadita. Es un abrazo donde no hay comunión o bien porque la intención de alguno de ellos es mostrar superioridad (física, energética, territorial…) o bien porque uno o ambos se sienten incomodos en el contacto físico.
Abrazo Zen. Se puede emplear cualquier tipo de abrazo. El de mejilla y el de corazón son los más recomendables. Una de las formas de practicar este abrazo es que la pareja se siente frente a frente y apoyen los pies con pies y manos con manos. No importa si se abren o cierran los ojos, pero la respiración debe ser profunda y con ritmo. La pareja debe estar concentrada sólo en el momento presente y dejar que los pensamientos desaparezcan. Es preciso tomar conciencia de lo que se está compartiendo, del contacto físico y de la energía que se está entregando mutuamente. Cuanto más profunda sea una relajación, mejor será la experiencia del abrazo. Éste es un abrazo que demanda mucha concentración, requiere que nos demos permiso para dar y recibir con generosidad y sin reticencias ya que se produce un auténtico intercambio del que pueden surgir muchas sensaciones ocultas.
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