jueves, 5 de octubre de 2017

El subconsciente es una fuerza creadora imparable y omnipotente.


¿Tienes una idea general de lo que harás en los próximos 10 años?
Entonces escríbelo y guarda ese papel como un tesoro.
Porque al escribirlo trasladas esa información al subconsciente.
Y el subconsciente es una fuerza creadora imparable y omnipotente.
Tus ideas valen mucho.
Tus ideas tienen el potencial de concretarse.
Ideas, sueños, pensamientos.
Son paquetes de información.
Cuando van al subconsciente, dependiendo de la información que se lleve allí, será lo que ocurrirá en el futuro.
Como la información que el mesero anota en su libreta cuando tiene una mesa muy numerosa que servir.
Toma nota y traslada esa información a los de la cocina.
Si no traslada la información los clientes pasarán hambre.
La idea es poderosísima porque contiene la información original.
Si no aclaras tus ideas, si no las escribes.
Si no eres formal, nunca tomarán forma.
Y tu vida se habrá perdido entre diferentes distracciones y "entertainments".
Algunas personas tienen grandes ideas pero no logran plasmarlas.
Otras ven como el idealista no logra sus sueños.
Y dicen: "prefiero no tener grandes sueños para no tener que sufrir la desilusión en caso de no conseguirlas".
"Porque hay sueños muy difíciles de lograr".
"Mejor soñemos cosas pequeñas".
Yo digo: sueña en grande.
Porque al poder creador le da igual conceder un pedido pequeño o un pedido grande.
Es más yo creo que al poder creador le entusiasma más un gran pedido que un pedido pequeño.
Al mesero le entusiasma más un gran pedido con un gran importe que traer un simple café y un poco de pan tostado.
Él traerá lo que le ordenen.
Porque esa es su misión.
Cumplir los deseos del cliente y servirlo.
Así es nuestro subconsciente.
Son nuestras creencias las que nos impiden acceder a lo más grande, lo más noble, lo más bello y lo más grandioso.
Creencias de no mereci-miento, de que no somos lo bastante buenos, de que no tenemos suerte en los juegos de azar o en el amor y un sinnúmero de pensa-mientos limitantes.
El otro gran problema es la falta de disciplina mental.
La falta de foco, la dificultad para aquietar la mente y entrar en un estado de atención plena.
Pero ello se logra con la práctica de la meditación diaria.
Una gran mente, es una mente disciplinada.
Todas son grandes, pero una mente indisciplinada.
Es como un joven fuerte y robusto que vive disipadamente y malgasta su maravillosa fuerza en fiestas, borracheras y excesos de todo tipo.
Porque cree que esa es la mejor vida.

Martín Macedo

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