viernes, 30 de agosto de 2019

Tu cerebro se vuelve como el de las personas con las que te juntas

Eres el promedio de las 5 personas con las que pasas más tiempo.

Para ser una persona positiva, mejor es rodearte de personas positivas. Si esa frase tiene sentido, ahora la ciencia lo explica con mayor claridad.

Esto ocurre debido a la sincronización de los cerebros que tiene lugar entre dos personas que pasan mucho tiempo juntas y muy cerca una de la otra.

Eso es lo que nos revela Moran Cerf, un profesor de Neurociencia en la Universidad Northwestern. 

Durante más de una década, este investigador ha estudiado cómo los seres humanos tomaron las decisiones y descubrieron con electroencefalogramas, un fenómeno de sincronización cerebral. Cuando dos personas pasan mucho tiempo juntas, por ejemplo, cuando están en una relación, sus respectivas ondas cerebrales comienzan a sincronizar, para asemejarse a, hasta llegar a ser casi idénticos.

“Dos personas que ven las mismas películas, los mismos libros, que comparten las mismas experiencias y discutiendo juntos, comienzan después de dos semanas a mostrar patrones comunes a nivel de lenguaje, emociones y puntos de vista incluso”, asegura el neurólogo”.

Es importante elegir con quienes nos rodeamos

Es por tal motivo que, el Neurocientífico Cerf recomienda hacer una buena elección de las amistades y de las parejas con quienes vayamos a pasar mucho tiempo juntos.
“La gente cerca de usted tiene un impacto en la manera de pensar acerca de la realidad más allá de lo que puede percibir o explicar y uno de los efectos es que uno llega a ser similar”, dice el Neurocientífico Moran Cerf. “Si elige a un mal compañero y pasa 10 años con esta persona, esta decisión tendrá un impacto significativo en su vida”, nos advierte.

Recordando a Jim Rohn

Quizás ya haya escuchado esta frase: “Usted es el promedio de las cinco personas con las que pasa más tiempo”. Un concepto que emana de un exitoso empresario estadounidense, especialista en desarrollo personal y motivación en el mundo de los negocios, Jim Rohn.

Si este precepto es verdadero, quizás deberíamos ser más selectivos con las personas con las que pasamos tiempo ¿no lo crees?

Estamos influenciados por las personas que nos rodean y, como resultado, tendemos a parecernos a las personas con las que pasamos el tiempo.

Nos guste o no, nos ajustamos en cierta medida a los ideales de otros que se fusionan con los nuestros. Así es como se forman los grupos alrededor de la máquina de café, en el patio de recreo o en el salón de té.



Si quieres ser mejor en matemáticas, tienes que rodearte de matemáticos. Si quieres ser más productivo, tienes que ir a personas productivas ¿Ahora entiendes la lógica?

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