Muchos aspiran a conseguir un buen empleo, con buenos ingresos y con un buen ambiente laboral.
Idealmente se quedarán en el mismo trabajo hasta jubilarse.
Pero nuestra más elevada aspiración debería ser convertirnos en resolvedores de problemas.
Un reloj resuelve un problema, un pañuelo de papel resuelve un problema, un dentista resuelve un problema.
Nos preparamos para resolver los problemas del mundo.
Y si nos preparamos bien, seremos apreciados y bien remunerados.
Y siempre tendremos trabajo, siempre nos solicitarán, en todos los países, en todas la culturas.
Como un buen futbolista, lo quieren en todos los equipos de todos los países.
Un futbolista no tiene un empleo, no busca un empleo.
Busca ser el mejor jugador en su puesto, para resolver los problemas de defensa o ataque de su equipo.
Y si hace una gran labor será apreciado y sus seguidores agradecerán sus servicios y lo amarán.
Recientemente una joven conocida ha conseguido un empleo en un bufete de abogados como traductora y su familia está feliz.
Tiene un elevado ingreso mensual, un horario conveniente y está rodeada por gente inteligente y de gran calidad profesional.
Sus amigos la felicitan por su buena suerte.
Pero en 10 años cuando ya no sea tan guapa, los integrantes del bufete podrán sentirse atraídos por alguien más bonita y con mejores habilidades y dispuesta a trabajar por la mitad del sueldo.
Entonces queda sin nada.
Una desempleada más.
¿Y qué hará entonces?
Buscarse un nuevo empleo, porque es lo único que sabe hacer.
Toda su vida se ha preparado para ser empleada.
Yo le aconsejaría que se convirtiera en alguien capaz de resolver problemas y así servir al mundo.
¿Cuál es tu pasión?
¿Qué problemas le resuelves al mundo?
Si nos enfocamos en el servicio, si nos preparamos para dar un servicio de gran calidad, si resolvemos los problemas de nuestros hermanos humanos con entusiasmo, alegría y excelencia nunca nos faltará trabajo.
Todo lo contrario; tendremos cada vez más y más trabajo como Elisa Raggio que no da abasto con sus bellas artesanías para embellecer los cumpleaños y celebraciones.
El sistema educativo nos prepara para ser empleados.
Pero debería basarse en el desarrollo de las aptitudes únicas que todos tenemos para alcanzar grandes habilidades para resolver los problemas de la humanidad y así obtener a cambio una retribución que permita la abundancia tanto de ingresos como de la calidad de los servicios y contribuciones al mundo.
Los problemas nunca se terminarán.
Y los que sepan resolverlos siempre serán apreciados, amados y reconocidos.
Este es a mi juicio, el camino hacia la abundancia, hacia la excelencia, hacia el significado de nuestra vida.
-Martín Macedo-
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