sábado, 24 de agosto de 2019

Conflictos emocionales que dañan músculos

¿Cuántos de nosotros no hemos padecido alguna vez de una molestia muscular?
Los músculos son tejidos que se contraen y se expanden de acuerdo a nuestros movimientos o actividades, de tal manera que si por ejemplo no estamos acostumbrados a subir escaleras, cuando subamos alguna muy alta o con muchos escalones, seguramente al llegar arriba ya no estarán doliendo los músculos de los muslos.
La gran mayoría de los músculos, están relacionados o cercanos y hasta involucrados con nuestros huesos e incluso, hay algunos músculos que forman parte active de diversos órganos y aparatos, como el miocardio por ejemplo, que es el músculo que permite que nuestro corazón esté latiendo.
Los músculos en sí mismos, tienen una pielecita muy fina y delgada que los recubre y protege, esta pielecita es conocida como FASCIA, para que cuando en algún lugar escuchen o lean algo sobre FASCIAS, ya sepan de qué se trata.
Sigamos pues…
Realmente los músculos son una especie de conjunto de “fibras”, como una especie de “tiritas” de carne flexible, como ligas de hule muy juntitas y se dice que cualquier cuerpo humano tiene aproximadamente 650 músculos diferentes.
Todos estos músculos, podemos clasificarlos en 3 equipos:
EQUIPO 1
LOS MÚSCULOS ESTRIADOS O ESQUELÉTICOS
El músculo estriado es un tipo de músculo compuesto por fibras largas rodeadas por medio de una membrana celular, el sarcolema. El diámetro de las fibras musculares estriadas esqueléticas oscila entre 10 y 100 micrómetros. Estas fibras se originan en el embrión por la fusión de células alargadas denominadas mioblastos.

EQUIPO 2
LOS MÚSCULOS LISOS O VISCERALES
El músculo visceral o involuntario está compuesto de células con forma de huso con un núcleo central, que carecen de estrías transversales aunque muestran débiles estrías longitudinales. ... El músculo liso se localiza en la piel, órganos internos, aparato reproductor, grandes vasos sanguíneos y aparato excretor.

EQUIPO 3
EL MÚSCULO CARDIACO
El miocardio (mio: músculo y cardio: corazón), es el tejido muscular del corazón, encargado de bombear la sangre por el sistema circulatorio mediante su contracción. El miocardio está formado por cardiomiocitos individuales, pero que en su función actúan como un sincitio.
El músculo cardíaco funciona involuntariamente, y por esto no se puede regular voluntariamente el ritmo cardíaco. Es un músculo donde la despolarización tiene origen en las mismas células cardíacas, es decir es autoexcitable (despolarización miogénica).
En las aurículas, las fibras musculares miocárdicas se disponen en haces que forman un verdadero enrejado y sobresalen hacia el interior (endocardio) en forma de relieves irregulares. El miocardio alcanza su mayor espesor en los ventrículos, que están encargados de bombear la sangre.
El miocardio contiene una red abundante de capilares indispensables para cubrir sus necesidades
energéticas.

Y ahora que ya sabemos qué son los músculos, qué tipos de músculos hay, vayamos a lo que nos interesa saber:
Sabiendo todo lo anterior, ya casi comos expertos en músculos.
Ahora bien, para que un músculo funcione, cualquiera de todos ellos, sera necesario que haya un movimiento de contracción-expansión constante.
Esto ocurre cuando el músculo recibe una orden del sistema nervioso con la participación de una sustancia llamada acetilcolina ó ACH.

En el cerebro y ante un estímulo específico (quiero levantarme, quiero correr, quiero cargar esto, etc), se disparan o se “segrega” acetilcolina (que es un neurotrasmisor) para que el músculo “nos obedezca” y logremos la contracción o expansion del mismo.
Obviamente si leen lo anterior en un libro de medicina o de neurología, habrá términos mucho más complicados, pero ése es el punto concreto del funcionamiento de un músculo.
Pero…
¿Qué tipo de conflictos emocionales afectan o dañan mis músculos, cualquiera de los tres tipos?
Porque finalmente es lo que nos interesa para poder resolver cualquier molestia que podamos estar padeciendo e incluso entender cualquier daño grave que hayamos padecido a nivel muscular.
Pues bien, los músculos SIEMPRE se dañarán ante un conflicto de:

LA DESVALORIZACIÓN Y LA AUTO-DESVALORIZACIÓN.
Cabe aclarar que el conflicto sera de DESVALORIZACIÓN MEDIA
Esto quiere decir, que si fuera una DESVALORIZACIÓN BRUTAL, dañaríamos huesos y si se tratara de una DESVALORIZACIÓN LIGERA dañaríamos ganglios.

Por lo tanto, ya tenemos más que claro, que sentirme MEDIO-DESVALORIZADO o MEDIO-AUTODESVALORIZADO, provocará que yo dañe mis músculos.
Analicemos pues para qué necesito yo que mis músculos funcionen:
PARA MOVERME.

Así de sencillo.
Sin mis músculos, yo no podría moverme, no podría caminar, correr, subir, bajar, cargar, en pocas palabras, yo no sería valioso, estaría impedido de hacer docenas de actividades, cientos de actividades, miles de actividades.
Los músculos (sin meterme en temas de huesos), representan mi fuerza, mis capacidades, mi potencia e incluso, si nos vamos a los temas simbólicos: a mi valía, a mi capacidad, a mi inteligencia, etc.
Entonces y siendo lo más concretos posibles:
Si en cualquier área o aspecto de nuestra vida, sentimos que NO PODEMOS lograr algo, dañaremos aquel músculo correspondiente a dicha actividad.

- Si siento que jamás podré ganar esa carrera, seguramente dañaré o tendré molestias en algún músculo de las piernas.
- Si siento que esta carga es muy pesada, seguramente dañaré o tendré molestias en mis hombros o brazos.
Y no crean que las articulaciones o tendones no cuentan, en éste caso, las articulaciones o tendones es la misma canción: DESVALORIZACIÓN Y/O AUTO-DESVALORIZACIÓN.
Así que ante cualquier molestia muscular, revisen qué hicieron que no querían hacer, qué deben hacer que no quieren hacer, qué opinan las personas a su alrededor de ustedes (puedes o no puedes), revisen quién no confía en ustedes o si son ustedes mismos los que no se sienten capaces de lograr algo.

Y algo importante, recuerden que el subconsciente trabaja con “lo simbólico”, así que no se limiten a pensar en situaciones de esfuerzo físico.
El músculo se daña igual si yo no me siento capaz de cargar aquella caja, que si no me siento capaz de terminar una carrera profesional.
El músculo se dañará igual si siento que no voy a poder brincar aquella barda, que si desde niña mi mamá me ha dicho que yo no puedo hacer nada bien o que no puedo lograr nada.

Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.

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