Para crear la salud infinita.
Primero hay que crear una visión de la salud infinita.
Esa visión debe ser magnífica.
Debe ser protegida y nutrida diariamente.
Porque es la que hará posible esta creación.
¿De qué sirven los mejores alimentos biológicos?
¿De qué sirven las mejores clases de cocina del mundo?
¿De qué sirve hacer retiros y seminarios junto a los grandes maestros?
Si no hay una clara y potente visión de la salud infinita.
Puede manifestar salud infinita.
Alguien que vive en un país pequeño donde no hay buen arroz ni verduras orgánicas..
Pero tiene una nítida visión de la salud infinita.
Se ve gozando de la salud infinita.
Se siente entusiasmado con su visión como si fuera algo en tiempo presente.
Con pasión infinita da pequeños pasos cada día para que su magnífica visión se vaya plasmando en el mundo denso.
Tiene la voluntad de hierro orientada hacia allí.
Tiene la felicidad eterna de ir avanzando hacia allí.
Tiene la gratitud infinita que siente quien se sabe cada vez más cerca.
Entonces el último se convierte en el primero.
Y el que consigue con dificultad un poco de misso o un puñado de algas.
Puede llegar a ser un gran maestro.
Mucho antes del que tiene todas las facilidades para su práctica.
Pero si alguien que tiene todas las facilidades.
Tiene una potente y clara visión de la salud infinita.
Llegará antes a realizar su magnífica visión.
Y luego retrocederá unos pasos.
Para tomar la mano del que se ha rezagado.
Y entrar juntos al reino de los cielos.
-Martín Macedo-
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