jueves, 3 de agosto de 2017

El orden surge del caos.

El orden surge del caos.
Sin el caos no puede existir el orden.
La super ordenada Alemania surgió del caos de la segunda guerra mundial.
Con una Berlín arruinada y hecha escombros.
La salud es una fuerza.
La salud es orden.
La enfermedad es caos.
Así como el orden sólo surge del caos.
La verdadera salud sólo surge desde el caos de la enfermedad.
Por esa razón la guerra contra al enfermedad nunca hará surgir la salud verdadera.
La guerra contra los síntomas corrompe más y más al sistema sanitario.
La enfermedad es sagrada decía Ohsawa.
Es la única experiencia capaz de hacer que el hombre detenga su estilo de vida anti fisiológico.
Y cambie sus hábitos.
Y reflexione.
A veces la mente es un caos.
O la casa es un caos.
O el cajón del escritorio.
Cuando la mente es un caos, las emociones que surgen de ese caos.
Crearán más caos.
Y el cuerpo lo sentirá.
Entonces sentimos la urgente necesidad de enfocarnos.
Y comenzamos a respirar hondo en un intento de encontrar paz.
Y valoramos la importancia de la meditación.
De la nutrición saludable.
De la armonía en el hogar y con las relaciones.
Hay que bendecir al caos tanto como al orden.
Al invierno tanto como a la primavera.
A la carencia tanto como a la prosperidad.
Porque en este mundo de contrastes.
El caos alimenta al orden.
La enfermedad alimenta a la salud.
Los padres alimentan a los hijos.
Hasta que éstos se hagan fuertes.
Y aprendan a convivir con el orden y con el caos.
Como el surfista que se hace cada vez más fuerte.
Con la subida y la bajada de las grandes olas.
¡Benditas olas que suben y bajan eternamente!


-Martín Macedo-

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