Aterrice en este plano, y empece a llorar, como si fuera la crónica de lo que aquí había venido a buscar.
Hice mi elección, fue mi decisión. Una decisión elegida, y muy anhelada para poder continuar con mi largo camino, en este, una vez más, mi viaje elegido, hacia la paz , fuera de la oscuridad.
Vine sabiendo y eligiendo, cada una de las pequeñas y grandes cosas por las que iba y voy a pasar. Elegí mi familia, mis amigos y a su vez, mis enemigos. ¿Enemigos? que cosas tiene la vida al llamarlos así.
Pues ellos son nuestros mayores maestros, de los que más aprendemos y de los que si sabemos entender nos harán ver y saber.
También los hemos elegido, uno a uno, momento a momento, dolor a dolor. Pacto tras pacto, elección tras elección, se van generando en mi plano todo lo que antes ya había calculado e intencionado.
¿Cuantas veces me lo tengo que decir? ¿Cuantas más me lo voy a repetir? Vengo a aprender, a mejorar, a trascender, a integrar, a saber, a conocer.
Todos los días de mi vida de humano, mi alma me manda justo lo que estoy requiriendo, para que me de cuenta de una vez , quien soy en realidad y el propósito adquirido por el cual hasta aquí he venido.
Me apoyare en mis pactos de almas amigas, me cobijare en el reflejo que más calor y luz me de, ya que cuanto más difícil se haga mi camino, lo que he venido a buscar, se mostrará ante mis ojos, y yo lo llamare destino.
Así pues… cada día más convencida de que …”sólo se que no se nada”. Daré las gracias a todos mis maestros en el dolor por acercarme un poco más a mi propio conoci-miento interior.
Y a mis almas amigas les agradeceré siempre, desde el amor mas profundo, en esta vida y mil mas en las que los pueda reconocer, todos los momentos de amor que compartimos y que están ahí, para ir de la mano aprendiendo a ser cada día mejores y más conscientes.
Lo que te hago me hago. Lo que veo en ti está en mi. Como es arriba es abajo, Como es adentro en afuera.
Abriendo los ojos
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