sábado, 1 de mayo de 2021

Superando la dicotomía trabajo/diversión

Esta dicotomía es una de las más profundas y destructivas de nuestra cultura. Superarla constituye, en varios sentidos, la esencia del pensamiento Sin Limites, quizás el elemento singular de más alcance que pueda servirle para lograr la verdadera vida Sin Límites. ¿Cuántas veces, en cuántos sentidos, ha oído o dicho usted: "Trabajar mucho y jugar poco convierten a Jack en un muchacho tonto". "Trabaja mucho, diviértete mucho." "Lo único que hago es trabajar, trabajar y trabajar." "Bueno, se acabó la diversión, volvamos al trabajo." "Nosotros somos miembros de la clase trabajadora. Ellos son miembros de la clase ociosa;" "Ahora todo es coser y cantar, pero espera que crezcas y verás lo que es el trabajo."

Concretando, ¿con qué rigidez divide usted su tiempo entre esas cosas placenteras que clasifica como diversión u ocio y la rutina miserable que considera trabajo? ¿Hasta qué punto considera su trabajo primario, su empleo o profesión (sea usted fontanero, ama de casa, ejecutivo, publicitario o estudiante) como algo que se ve obligado a hacer porque tiene que ganarse la vida, o algo en lo que desea usted desesperadamente triunfar para poder hacerse rico y retirarse pronto y no tener que trabajar más? ¿Hasta qué punto se considera usted un esclavo del trabajo, sea éste lavar los platos, segar el césped, construir un puente o escribir un artículo para un periódico? Hasta qué punto ha aceptado usted la idea de que la diversión es una recompensa por acabar el trabajo, ya sea usted un estudiante al que han amenazado con no dejarle libre el tiempo de recreo si no acaba los deberes, o un hombre de negocios que trabaja duro cincuenta semanas al año, en parte por sus vacaciones de dos semanas? En resumen: ¿Hasta qué punto cree usted que lo que es trabajo no puede ser diversión y lo que es diversión no puede ser trabajo? Cambiar de actitud respecto a la dicotomía trabajo /diversión supone algo más que el simple etiquetar lo que disfrutamos como diversión y lo que detestamos como, trabajo. En realidad, cambiar nuestra forma de utilizar las palabras de nada servirá si no hacemos otra cosa, pero el considerar si una actividad cualquiera puede llamarse trabajo en su mejor nivel y no puede llamarse también diversión, eso sí puede llevarnos justamente a la superación de esta dicotomía. Considere lo que podría significar hacer su trabajo al mejor nivel. Puede pensar inmediatamente: "Trabajar al mejor nivel es, por ejemplo, escribir el mejor informe de mi vida, un informe que mi jefe y los clientes digan que es exactamente lo que necesitan", o algo parecido. Puede pensar también: "Eso no tiene nada que ver con el hecho de si me divertí o sufrí muchísimo mientras lo escribía". Piénselo otra vez. Puede .que haya dado usted por supuesto lo siguiente: que "su trabajo" es el producto que usted produce (el servicio que presta, o lo que sea) \y no la actividad de trabajar! No hay duda de que parte de lo que quiere usted decir con lo de "mi mejor trabajo" puede ser "el mejor poema que he escrito en mi vida", o cualquier otra cosa. Pero el significado de toda la palabra cuando la aplica usted a su vida, debe incluir su valoración de lo bien que lo pasó trabajando, o en qué medida su trabajo fue también diversión. En este sentido es en el que usted dice: "El mejor trabajo que hice en mi vida, realmente... (lo que sea), porque disfruté haciéndolo, disfruté del trabajo, me agradaba muchísimo la gente, lo pasé muy bien y me resultó todo muy interesante y muy estimulante".



Si concuerda usted en que "su trabajo" debe significar tanto la actividad como el producto, entonces puede usted ver de inmediato que el trabajo en su nivel mejor o más alto debe ser una combinación de trabajo y diversión. Puede usted denominar "trabajo" si quiere a cualquier tipo de rutina o actividad que se haya resignado a odiar, siempre que decida encontrar algún medio de disfrutar de ese trabajo o bien dejarlo. Lo que es decisivo es que no considere ninguna actividad como rutina odiosa sólo porque usted u otros la hayan etiquetado como trabajo, y no se resigne a padecer mientras lo hace, debido a la etiqueta que se le ha asignado. Si tiene usted verdadero interés por la vida Sin Límites, ha de aceptar que el único tipo de trabajo que le interesa es el trabajo a su mejor y más alto nivel en todos los sentidos, y que primero tiene que lograr ser capaz de hacer que todas sus actividades laborales se conviertan en diversión o juego. Y ¿cómo se originó en realidad esta dicotomía absurda? ¿Cómo llegaron a aceptar algunas personas que hay trabajo y hay diversión y que hay que dedicar la mayor parte del tiempo a trabajar para poder gozar del resto del tiempo (siempre que pueda uno permitírselo) divirtiéndose, que la diversión es la recompensa por el "trabajo duro"? Creo que para la mayoría la cosa empezó ya en la escuela, cuando los padres insistían en que sus hijos tenían que empezar pronto a trabajar "en la casa", les asignaban numerosas "tareas" o "deberes" y les transmitían a la vez la idea de que era horroroso lavar los platos o cortar el césped. Quizá les dijesen a los niños que si querían vivir en familia tenían que hacer su parte del trabajo, justificando esta política sobre la base de que no hacían más que preparar a sus hijos para la escuela, o la vida, "tal como es". Pero para la mayoría es muy probable que todo empezara en la escuela, donde los profesores llamaban a ciertos periodos "periodos de recreo" y procuraban que supiésemos muy bien que cuando empezaba la clase el profesor era otra vez el jefe, y que no teníamos motivo alguno para esperar disfrutar, porque aquello era tiempo de trabajo, tiempo en el que se nos condicionaba a la idea de que trabajo y diversión eran muy, pero que muy distintos. Ahora bien, ¿cuál es la ventaja autoritaria de este tipo de dicotomía (que tanto los estudiantes como los profesores autoritarios aceptan y/o promueven)? 

Creo que es exactamente que si la diversión puede separarse del trabajo de modo que su diversión dependa de lo bien que actúe usted según el juicio de los que mandan entonces los que mandan cuentan con otra recompensa que pueden otorgarle o no a usted a voluntad, y han encontrado un medio más para manipularle. Es decir, son los que mandan los que le dicen cuándo tiene el derecho de divertirse. La clave para superar esta dicotomía es tomar conciencia que su capacidad para unir trabajo y diversión en todo lo que hace es algo que nadie puede quitarle excepto si incautamente lo cede. 

Volviendo a la sección de "compromiso" del capítulo primero, en la que mencionaba la unión de vocación y diversión (otra forma de la dicotomía trabajo/juego) no nos vendrá mal leer de nuevo a Robert Frost: Aunque otros acepten su separación, mi objetivo en la vida es unir la vocación y la diversión... Lo que el poeta quiere decir aquí es que vocación-y-diversión eran originariamente una misma cosa, por lo menos en su pensamiento, y que algunas personas han aceptado su separación, o han cedido ante la idea (autoritaria) de que "para el adulto maduro" trabajo y juego deben estar en realidad separados, deben ser incluso actividades que se excluyan mutuamente. Frost quiere subrayar que los que han perdido la visión de la unidad fundamental de "trabajo" y "diversión" en su nivel más alto, necesitan pensamiento creador y elecciones vitales valerosas para superar ahora esta dicotomía. 

No importa si usted recuerda cuando existía una unidad entre trabajo y diversión en su propia historia personal o no, aunque quizá recuerde usted todo lo que tuvo que trabajar para construir aquella cabaña o para hacer aquel maravilloso castillo de arena, y cómo disfrutó y se entusiasmó haciéndolos. Lo que ahora importa es que pase usted a hacer que todo lo que etiqueta como "trabajo" y todo lo que etiqueta como "diversión" se conviertan en la globalidad trabajo-y diversión en su historia personal a partir de ahora. 

No tiene que alterar su diversión para "convertirla" en trabajo en el sentido en que estoy hablando. Lo único que tiene que hacer es reconocer que trabaja usted siempre cuando en realidad está divirtiéndose. Por ejemplo, si está usted totalmente entregado a un partido de tenis, ¿no está trabajando como individuo total? Corre usted de un lado a otro, su cuerpo y su raqueta, juegan con la pelota coordinados al máximo con el pensamiento. Está aprendiendo y fortaleciéndose y mejorando "su juego" a cada instante. (Siempre que esté pensando en el juego y no preocupándose por él). ¿Hasta qué punto no está usted trabajando? No está usted "parado", como el reloj que ha dejado de funcionar, del que decimos: "Se ha parado. Tengo que mandarlo a arreglar". Por otra parte, está usted esforzándose al máximo tanto física como mentalmente (si es que quiere usted distinguir entre las dos cosas). Después quizá diga usted incluso: "¡Estoy agotado!" Durante esta actividad que le han condicionado a llamar "diversión", ha hecho todo lo que cualquiera puede asociar con el trabajo. Asimismo, cuando ha hallado usted el medio de convertir su trabajo diario (o su profesión) en diversión (requiera o no su trabajo mucha actividad física), está haciendo, sin duda, a la vez, todo lo que es característico tanto del trabajo como de la diversión o del juego. 

Recordará usted que, cuando hablábamos de "compromiso", dije que afortunadamente la unión de vocación/diversión o de trabajo /juego no depende de la capacidad que tenga usted para conseguir el trabajo que le gusta, sino de su capacidad para disfrutar del trabajo que consiga. Por supuesto, usted desea conseguir el trabajo que a usted le parece que le va a gustar. ¿Qué mejor medio de asegurar que va usted a disfrutar del trabajo que consiga? 

Pero en cuanto a esos trabajos que usted ha decidido hacer (e incluso con los platos sucios, usted decide lavarlos después de utilizarlos; podría usted haber comido en la misma cacerola, o haber comprado comidas hechas dé las de la televisión), ¿por qué no ser lo más creador posible en la tarea de convertir esos trabajos en juego y diversión? ¿Por qué aceptar la idea de que de nueve a cinco tiene que ser un período aburrido y rutinario porque es un período de trabajo y la diversión viene después? ¿Por qué ir a trabajar cada día con el prejuicio de que se ha acabado ya la diversión? ¿Por qué ser ese basurero hosco que arrastra despreocupadamente los cubos de basura y dejar caer en la calle la mitad porque no puede convertir su trabajo en diversión? ¿Por qué no ser el basurero que siempre es afable y limpio, al que le resulta fascinante comprobar lo que la gente tira a la basura y piensa en lo que dirán de esa basura los arqueólogos del futuro, ese que habla del nuevo centro de reciclaje de desperdicios? 

Sea lo que sea lo que considere usted ahora trabajo "en el sentido negativo" (sea cortar el césped, lavar los platos, entregar el informe a tiempo, sentarse detrás del proyector de cine ocho horas seguidas sin "nada más que hacer" que cambiar los. rollos cada media hora) puede hallar un medio de entregarse por completo a esa tarea y de que esa tarea le fascine durante todo el tiempo que está realizándola. En fin, lavar los platos, retirar la basura, ir a trabajar todos los días, son condiciones necesarias de su vida, ¿t'que? ¿Las convierte eso automáticamente en trabajo-y-nodiversión? ¡Nada de eso! 

Si decide usted sus propias actitudes respecto a todo eso sin permitir que se introduzcan dicotomías artificiales trabajo /diversión, verá que lavar los platos puede ser muy bien "tiempo de diversión", el momento de recordar cuánto disfrutó de la comida que tomó en esos platos; para entregarse a sus pensamientos y reflexiones personales mientras ve cómo fluye el agua y ve sus manos y va limpiando esos buenos y queridos platos otra vez para la comida de mañana; para escuchar su música favorita, charlar con la familia, meditar simplemente o cualquier otra cosa que suponga diversión o recreo. (Otra palabra que define la idea juego-y-trabajo en su más alto grado, pues significa auto-recreación). Lo maravilloso de la actitud holística renovada hacia trabajo y-diversión será, en definitiva que cuanto más aprenda usted a divertirse con su trabajo (su profesión sobre todo), mejor serán, lógicamente, los productos de su trabajo sin que usted se preocupe en absoluto por él. Es decir, su informe como producto no puede, sin duda, ser peor, y yo creo que será inevitablemente mejor a los ojos de los demás si se permite usted jugar con él, disfrutar escribiéndolo. Sus semanas de vacaciones serán mucho mejores si no tiene usted la sensación de que ha sacrificado un año de duro y gravoso trabajo por ellas, y si no se siente obligado a compensar en ellas a toda costa todo ese año de trabajo. Por supuesto, quizá tenga usted que rechazar a veces algunas supuestas actividades de trabajo o diversión que otros han intentado ilegalmente imponerla. Puede que su jefe sea un autoritario implacable que no le conceda a usted la menor opción de desarrollo y que parezca esforzarse al máximo por convertir su vida en un infierno. Puede que usted no quiera jugar en realidad al tenis esta tarde y que alguien esté intentando arrastrarlo a toda costa a la pista. En ese caso, rechace usted la actividad. Deje su trabajo sean cuales sean los riesgos, o diga: "No, qué demonios, no voy a jugar al tenis esta tarde". 

Pero sea cual sea su decisión en una situación concreta, si quiere gozar usted del trabajo Sin Límites y de la diversión Sin Límites en su más alto grado, ha de recordar que no puede disfrutar de una cosa sin la otra, y que cuando ha conseguido usted una también ka conseguido la otra. El propio Robert Frost explicó lo que quería decir en "Two Tramps in Mud Time". Tenía vocación de "poeta". Su diversión era escribir poesía. Creo que toda su obra poética, todo su legado de pensamientos bellos y veraces, resuena tan profundamente en los oídos de tantas personas razonables sólo por el hecho de que logró captar esa unidad fundamental de juego y trabajo en su propia vida y porque logró crearla para sí mismo. Parodiando a otro poeta Sin Límites: «Trabajo es juego, juego es trabajo». Eso es todo lo que aprendes en el mundo y todo lo que necesitas aprender.

Del libro "El cielo es el límite" de Wyne Dyer

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