domingo, 25 de febrero de 2018

Nutriendo a la máxima calidad obtenemos máxima salud,


Hay células de alta calidad.

Y células de baja calidad.
Si existe lo alto también existe lo bajo.
Si existe lo fuerte también existe lo débil.
Los opuestos coexisten armoniosamente.
Se animan mutuamente y se fortalecen mutuamente.
Las células de alta calidad son las células sanas.
Las células de baja calidad son también denominadas “malignas”, “inmaduras” o “aberrantes”.
Y como no se pueden separar de las de alta calidad, cuando intentamos destruirlas, también destruimos las de alta calidad pero a un ritmo más lento.
El objetivo es que la alta calidad domine el escenario.
Y la baja calidad sólo exista como una diminuta expresión.
Pero en el momento en que la mente comienza a soñar con la aniquilación se genera un conflicto muy serio porque las células sanas saben que también sufrirán en este intento de exterminio.
Hay otro camino menos destructivo para lograr ese objetivo tan importante.
Las células de alta calidad funcionan con otra calidad de nutrición.
Las células de baja calidad utilizan un tipo de nutrición también de baja calidad.
Si nutrimos a la baja calidad, ésta prosperará.
Y la mayor parte de las personas elige nutrir este tipo de células porque han olvidado la dieta tradicional.
Siguen la moda, los dictados de la publicidad o las teorías de la ciencia de la nutrición.
En la naturaleza salvaje los animales y vegetales se nutren con la máxima calidad porque son estrictos y selectivos.
En el mundo humano la mayoría va al supermercado. 
Las antiguas tradiciones nos muestran el camino.
Nutriendo a la máxima calidad obtenemos máxima salud, máxima belleza, máxima inmunidad y máxima vitalidad.
Nuestra cura consiste en nutrir sólo a las células de alta calidad para que éstas prosperen, aumenten en cantidad y se hagan cada vez más fuertes.
Y la baja calidad, disminuye por falta de nutrición.
Entonces los tumores remiten sin violencia por falta de sustento.
Cada vez somos más.
Cada vez seremos más.
Y las industrias tendrán que admitirlo y doblegarse ante nuestra formidable voluntad.
De otra forma no podrán sobrevivir.
Un puñado de líderes poderosos creará un gran giro en los hábitos del mundo.
Líderes nutridos con la más alta calidad, encarnarán la mayor fuerza del universo.

-Martín Macedo-

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