miércoles, 7 de febrero de 2018

El deseo ardiente de brillar, el que abrirá todas las puertas...


Es un deleite ver jugar a los astros del fútbol de todos los tiempos. 

Cada época da nuevos astros. 
Todos son extraordinarios, cada uno a su manera, cada uno es único.
Ayer vi un video de Ricardo Bochini, el número 10 del equipo de Independiente de Avellaneda del año 1987.
Estos seres son mágicos, tienen una energía maravillosa que atrapa al espectador y lo deleita con su arte, con su fuerza, con su intensidad.
Son estrellas que luego se apagan, pero el Universo en su infinita abundancia siempre trae nuevas estrellas, para que la fiesta de la vida y de la salud siga eternamente.
Ahora nos deleitan otros astros.
Pronto Cristiano Ronaldo y Lionel Messi se retirarán.
Su maravillosa energía se está terminando.
Su poder yang se ha consumido.
Y por esa razón la energía vital, el yin infinito no es atraído.
¿Qué hace tan especiales, tan mágicos a estos seres?
Si pudiéramos comprender este secreto nosotros podríamos obteniendo un 10% de su maravillosa fuerza hacer prodigios en nuestras vidas profesionales y en nuestra vida doméstica.
¿De dónde obtienen su fuerza?
¿Acaso han hecho un pacto con fuerzas oscuras?
Porque parece que llevan una batería alcalina sobre sus espaldas que los hace correr más rápido que los otros, patear el balón con más fuerza y precisión que los otros, ganar en el mano a mano en todas las jugadas.
Son incansables, y en la medida que pasan los minutos aumenta su habilidad y fuerza y la adoración del público se vuelve infinita.
Estos seres tienen un nivel de energía mucho más alto que el común de la gente.
Su fuerza mágica es sólo un nivel de salud mucho más alto.
Manejan un tipo de energía que de alguna forma misteriosa les llega espontáneamente, cuando los otros deben esforzarse mucho para tratar de detenerlos.
Esta energía mágica se llama salud absoluta.
Estos astros han heredado una constitución física mucho más fuerte, y cuando trabajan duro en los entrenamientos, en unos pocos años logran abrir las compuertas de la energía universal que es inagotable y omnipotente.
En una palabra, su gran salud hace la diferencia.
Por eso una salud frágil es también un bajo nivel de energía.
La persona que se cansa fácilmente tiene poca energía vital, porque no consigue atraerla.
Pero nosotros podemos con disciplina y voluntad transformar nuestros cuerpos en poderosos magnetos que atraigan grandes cantidades de energía.
La nutrición es el medio físico para crear esta maravilla.
Pero es el deseo ardiente de brillar, el que abrirá todas las puertas y superará todos los obstáculos hasta que finalmente llegue el día en que seremos como estos astros que parecen tener dinamita en sus piernas.

-Martín Macedo-

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