La capacidad de imaginar nos convierte en magos.
Pero si todos imaginamos, algunos atraen cosas bellas y otros atraen mucho dolor a sus vidas.
Todos somos magos por el simple hecho de poder imaginar.
Imaginar es impregnar una información sobre la matriz inteligente que todo lo sabe, todo lo conecta y todo lo concede.
No podemos evitar imaginar, siempre lo hacemos por el simple hecho de existir.
Las cosas se imaginan y luego ocurren.
Las cosas no se generan porque hacemos cosas.
Las cosas se generan porque primero se imaginan y luego actuamos animados por la energía de nuestra visión.
Entonces es magia, imaginar es magia y todos somos capaces de ejercer esa magia.
Pero la mayoría de las personas no tienen disciplinada su mente y permiten que la imaginación vuele sin control, atrayendo las cosas que no queremos experimentar.
La actividad de la mente es yin por naturaleza, difícil de controlar.
Y si se toman muchos alimentos yin, este control es casi imposible de llevar a la práctica.
En la década de los 70 surgió el curso de control mental de José Silva que fue un gran éxito mundial, porque la gente siente que no consigue controlar esa mente tan poderosa.
Una dieta de extremos, también genera extremos en la mente.
El pensamiento se vuelve hiperactivo, incontrolable, fácilmente sugestionable por los temores imperantes.
Multitudes de mentes sin control generan temores colectivos que se alimentan constantemente por las mentes que temen.
Cuando la imaginación funciona sin control, esta poderosa magia se vuelve contra el mago que la utiliza.
La imaginación requiere disciplinarse para que se convierta en nuestra aliada y nos traiga lo que deseamos en vez de traernos lo que menos queremos.
El cerebro siempre está ávido de glucosa.
La calidad de hidratos de carbono determina la calidad de la actividad del cerebro.
O sea que si mejoramos el combustible del cerebro, podemos controlar mejor el flujo de los pensamientos.
Por eso los que tomamos nuestro arroz integral y lo masticamos a fondo, experimentamos una calma profunda, un sueño reparador y una increíble facilidad para ordenar nuestras ideas y avanzar hacia nuestros sueños.
Pero la mayor parte de las personas se nutre con hidratos de carbono refinados, mucha proteína animal, mucha leche y comidas rápidas que acidifican la sangre y crean un tipo de mente hiperactiva imposible de controlar.
Entonces el maravilloso poder de imaginar, que crea, que atrae, que materializa sus contenidos más sentidos y consistentes, se vuelve el enemigo más poderoso del hombre.
Porque el humano no puede parar de imaginar, ni siquiera durante el sueño profundo.
Sólo puede aprender a controlar su mente, su capacidad de imaginar, de visualizar todo lo que desea.
Esta disciplina mental es tan importante como la disciplina del ejercicio o de la nutrición saludable.
Hay grandes magos y pequeños magos.
Todos trabajan con el mismo poder.
Sólo que unos están más entrenados y por eso consiguen resultados más grandes.
- Martín Macedo (con pequeños ajustes)
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