martes, 6 de febrero de 2018

La voluntad infinita palpita en cada una de tus células.


La voluntad infinita palpita en cada una de tus células.
Su propósito es expresar la perfección funcional.
Hará todo lo posible para conseguirlo.
Tiene todos los recursos para hacerlo.
Inteligencia, energía, experiencia biológica.
Desea servirte desinteresadamente porque la voluntad infinita es amor infinito.
Eres parte del Universo.
Y la fuente que te ha creado te adora como tú adoras a tu dedo meñique.
Aunque seas pequeño esa adoración no disminuirá.
La voluntad infinita es que cada célula viviente del universo exprese y manifieste la perfección infinita de sus funciones.
Una existencia sublime y grandiosa como la inteligencia que concibió su creación.
Experimentar la felicidad infinita a través de la perfección funcional.
Salud suprema.
Porque no se puede esperar menos de la gran inteligencia.
Pero esto sólo podrá expresarse si tú lo permites.
Si no aceptas el regalo, el regalo volverá a la oficina postal.
Si no crees que sea posible, tu misma incredulidad cortará la comunicación.
Porque parte del regalo es la posibilidad de experimentar el deterioro y la degradación de toda función biológica.
Hasta la pérdida total de la función y la estructura.
La voluntad infinita está operando en la dualidad.
Y puede trabajar para expresar la perfección tanto como para expresar la aniquilación de la forma.
Si quieres que se exprese la perfección funcional en tu cuerpo.
En cada una de tus sagradas células, donde el 80% es agua sagrada.
Permite que haga su trabajo.
No interfieras con su labor.
Déjale hacer lo que sabe y no intentes decirle cómo hacerlo.
Cuando te haces revisiones preventivas no crees y el mensaje que le das es: "no se cuándo será el día en que me vas a traicionar".
Permite a la perfección expresar lo que sabe.
Habla de perfección.
Canta la canción de la perfección.
Aumenta la calidad de tu receptor de energía infinita con una nutrición perfecta para tu naturaleza.
Como un bebé que sólo toma pecho y se regocija de su propia perfección y belleza.
Aunque llore de vez en cuando está viviendo en la felicidad infinita.
Porque ha nacido en la dualidad.
Y ha de gozar en la dualidad.

-Martín Macedo-

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