martes, 6 de febrero de 2018

Ser vegano


Ser vegano tiene sus ventajas.

Y también sus desventajas.
Comencemos por las desventajas.
En la vida social, el vegano debe convivir con la incomprensión de la mayor parte de las personas que lo criticarán por ser rígido, por no disfrutar de la vida e incluso de poner en riesgo su salud por las carencias de vitaminas e hierro que creen que pueden ocurrir en una dieta tan “limitada”.
En el sistema de salud, confesar que se es vegano implica que el médico o cualquier otro técnico asumirá que tienen deficiencias nutricionales serias y le pedirá una cantidad de estudios de “valoración” de sus déficits nutricionales.
Muchas veces la familia y los amigos verán al vegano como un obstinado que pone en riesgo su salud, un ser débil, frágil psicológicamente, alguien que hay que tratar como a un fundamentalista islámico.
Un fanático que hay que tratar con infinita paciencia.
Si no sabe cocinar bien, si no comprende el orden del universo, podrá debilitarse muy rápidamente al no saber cómo obtener el yang poderoso de las fuentes vegetales.
Las personas corrientes obtienen yang en cantidad de los derivados animales, lácteos, huevos, aves, carnes rojas y embutidos.
Obtienen su fuerza de esas fuentes durante muchos años sin aparentemente tener mayores inconvenientes.
Pero si por algún motivo intentan experimentar la alimentación vegetariana se sentirán muy débiles y podrán experimentar un cierto nivel de desnutrición.
Pero si aprendemos a practicar el “veganismo” con un buen criterio, se abrirán las puertas de la salud infinita.
Tendremos arterias flexibles y jóvenes, porque no habrá rigidez al no consumir grasas ni proteínas de alta densidad (yang) como las animales.
No habrá hipertensión, ni infartos, ni accidentes vasculares.
Tampoco piedras ni en el riñón ni en la vesícula porque las piedras son densidad que se ha acumulado en el cuerpo y en la sangre.
La sangre fluirá libremente por todos los vasos sanguíneos que estarán abiertos y elásticos.
Las funciones alcanzarán grados sublimes al tener aportaciones de oxígeno y nutrición de todo tipo sin restricciones ni “atascos”.
La conciencia se expandirá, se vivirá en una dimensión infinita donde se podrán manifestar las cualidades infinitas.
La densidad se levantará como el ancla densa y pesada que no permite al barco zarpar hacia los océanos infinitos.
Así el alma estará más proclive a manifestar un tipo de salud que los que viven en la densidad no alcanzan ni siquiera a imaginar.

-Martín Macedo-

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