lunes, 26 de febrero de 2018

Analizando la fórmula de la transformación

1. GENERO UN OBSTÁCULO.
    
  Tu amigo se enfurece contigo.

2. TE DAS CUENTA QUE TU REACCIÓN ES EL VERDADERO  ENEMIGO.

       Tus senti-mientos de estar molesto, enfadado y dolido son tus   verdaderos enemigos, no tu amigo.

3.APAGAS TU SISTEMA REACTIVO Y DEJAS QUE LA LUZ ENTRE
       EN TI.

           Deja marchar todas tus reacciones emocionales. En lugar de gritarle,    asimílalo todo. Aunque sientas que tu amigo está equivocado, deja que   tu amigo se exprese.

         Lo que importa aquí no es quién tiene la razón y quién está   equivocado.  Lo que importa es tu decisión de no reaccionar.

4.EXPRESAS TU NATURALEZA PROACTIVA.

        Ahora estás en contacto con la realidad consciente. Las emociones que ahora sentirás y tus próximas acciones provendrán de la fuerza e impacto de la integridad, automáticamente aparecerán emociones y formas de ser proactivas. Notarás  un sorprendente rediseño que suma en la situación externa a la que te estabas enfrentando. Tu amigo responderá de un modo que nunca creías posible, o súbitamente aparecerá alguna información esclarecedora con respecto a la relación entre ambos.

Detenerme por miedo


Muy a menudo nuestra atención está enfocada en las circunstancias externas. Alguien a quien amamos nos hiere, un negocio no funciona, no estamos de acuerdo con la opinión de alguien, una persona nos insulta o un colega obtiene el ascenso que nosotros creemos nos merecíamos. Los eventos externos provocan reacciones en nosotros durante todo el día. En lugar de reaccionar, aplica la fórmula. Verás cómo se producen verdaderos milagros.


5. EVITAR EL DOLOR:

Atravesar el dolor, cura, purifica, limpia el alma.

Ej.  La Catarsis es uno de los más efectivos ¨remedios¨ en función de  lo que a posterior  genera en el ser humano y cuando no la atravesamos, se convierte en sufri-miento y eso duele realmente, enferma….

El sufri-miento es elegir aferrarse al dolor y no ser la causa para atravesarlo y sanar.


6. CHISMORREO/JUZGAR

El chismorreo lastima a los demás, pero dime, ¿cómo nos lastima a nosotros mismos?

Aparte de la naturaleza obviamente hiriente del chismorreo, del que lastima a las personas de las cuales se  está chismeando, estamos causando un daño irreversible a nosotros mismos, de dos maneras:


EL PRIMERO

Cuando chismorreamos sobre otra persona, toda la Luz espiritual, la energía que obtenemos de nuestras acciones amables, influencias de Luz, generosidad, conexión con Luz, etc., se transfiere inmediatamente a la persona acerca de la cual estamos chismeando.

En otras palabras, podemos hablar de quien queramos, pero el precio que pagamos es la retribución que obtenemos por nuestro diligente trabajo espiritual. Es casi como una bonificación que hacemos a la persona de la cual estamos hablando. 

Es irónico, ¿verdad?  Si te encuentras trabajando duramente en un nivel espiritual pero sientes que obtienes pocos resultados, puede ser que te hace falta comprobar cuál es el grado de tu chismorreo.

No estamos diciendo que sea la única explicación para no sentirte vigorizado en este camino, pero es un factor importante.

EL SEGUNDO

Es un peligro más sutil. Si estás chismorreando sobre otras personas, las estás juzgando.

Y todo el juicio que les dirigimos regresa a nosotros. No hay forma de huir de eso. No hay ningún juicio que pueda venir a nosotros que nosotros no hayamos dirigido antes a otras personas.

De la misma forma, si te encuentras siendo juzgado y no comprendes por qué, pregúntate a quién y cuánto has estado juzgando. La conclusión final es que tendemos a infravalorar el poder de nuestras palabras. Lo que sacamos hacia fuera regresa a nosotros y sin domicilio del remitente.

Controla tu lengua. Piensa dos veces antes de hablar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario