lunes, 15 de enero de 2018

Yo soy todo lo que hay


Nuestro mundo está lleno de límites.

Un hombre puede correr a 37 km por hora y es lo máximo. 
Pero el pensamiento puede recorrer la distancia entre dos estrellas en una fracción de segundo.
El cuerpo denso se mueve lentamente.
Pero el pensamiento se mueve a una velocidad infinita.
Un cuerpo intoxicado y enfermo puede necesitar varios meses para limpiarse.
Pero el pensamiento se puede curar instantáneamente.
Y una emoción enferma puede sanar de inmediato.
La torre Eiffel necesitó 2 años de duros trabajos para estar terminada en 1889.
Pero Gustave Eiffel necesitó unos pocos segundos para crearla en su mente y así comenzó su proyecto.
Vivimos en dos realidades simultáneas que algunos llaman el "desdoblamiento del tiempo".
Son dos mundos tan diferentes que resulta casi imposible una comunicación fluida entre ellos.
Porque el inconsciente procesa información 2 millones de veces más rápido que la mente consciente.
Y a pesar de estas grandes diferencias no pueden existir el uno sin el otro.
Uno es infinito y por lo tanto es indomable e inabarcable.
El otro es finito, se puede medir, ver y tocar.
Pero hay un truco para lograr que la dimensión infinita se someta a nuestros deseos.
Proyectar claras imágenes en su matriz.
Imágenes definidas y cargadas de sentimientos felices.
Es una habilidad como cualquier otra.
Quienes comienzan a practicar desde la niñez, aleccionados por padres sabios, avanzan a pasos de gigante.
Pero el resto debe conquistar sus sueños a través del esfuerzo y el sacrificio.
Y su mente sin control proyectará en la matriz sentimientos de temor y dudas constantes.
Que harán que el Poder Infinito materialice esos contenidos proyectados.
Haciendo más y más dura la vida y más y más difícil el logro de nuestros deseos.
Y muchos llegarán a la conclusión de que vivimos en "un valle de lágrimas".
Como rezan algunas oraciones tradicionales.
Que se repiten cada día como una virtud por los practicantes más devotos.
El mundo de las formas es más fácil de controlar.
Y por eso muchos prefieren ignorar al infinito.
Lo quieren erradicar de sus vidas.
Y manejarse en la seguridad de lo que se ve.
Así muchos hombres y mujeres eligen sin saberlo vivir en una jaula de 2 mts de lado.
Porque allí al menos reciben un plato de alimento cada día y no se mojan con la lluvia.
Pero cuando expandimos nuestra conciencia para contemplar nuestro Ser infinito.
Comenzamos a ver la grandeza en cada área de nuestra vida, y como lo finito es una proyección de la matriz infinita.....terminará por manifestarse en el mundo de las formas.
Y ellos se preguntarán ¿cómo lo hace?
Y la respuesta es simple.
Asumo lo que soy.
Y uso todo el poder para crear todo lo que deseo.
Porque yo soy todo lo que hay.
Y no puedo dejar de serlo, aunque me mienta a mi mismo durante 1000 años con infinita obstinación.


-Martín Macedo-

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