La gran voluntad quiere que brilles.
Pero a ti eso te asusta un poco.
La gran voluntad quiere que disfrutes de salud infinita.
Pero tú le pones límites a la salud con tus creencias llenas de prejuicios.
La gran voluntad quiere que goces de una gran abundancia económica pero tú no lo permites porque crees que no hay suficiente para todos.
La gran voluntad quiere que seas inmensamente feliz, pero tú no lo puedes aceptar porque la vida te "ha enseñado" a ser realista.
La gran voluntad quiere que uses todo tu tremendo potencial pero a ti eso te parece peligroso.
La gran voluntad quiere que manifiestes la luz infinita pero a ti eso te parece algo muy soberbio y temes las consecuencias.
La gran voluntad quiere que vivas el paraíso en la Tierra pero con todo este cóctel de creencias limitantes te cierras el acceso.
Por eso no es suficiente con limpiar el aparato digestivo con una dieta saludable.
Es necesario limpiar la mente de toda la basura que heredamos de una cultura muy atrasada espiritualmente.
Porque como es arriba es abajo.
Si no se limpia lo de arriba, lo de abajo seguirá recibiendo su carga diaria de tóxicos emocionales.
La meditación diaria y persistente es una herramienta de valor extraordinario para poco a poco limpiar la mente de tanto residuo tóxico.
Permite a la gran voluntad que haga de ti una encarnación viviente de la suprema belleza y la suprema sabiduría.
No le pongas límites a tu salud ni a tus finanzas.
Quita las barreras que te separan de la suprema felicidad.
- Martín Macedo-
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