Todos en algún momento de nuestras vidas estamos en un punto A y queremos estar en un punto B; pues bien, esta es la oportunidad para revisar en qué punto te encuentras y hacia dónde quieres moverte.
Ejercicio: Escribe en una hoja cada uno de estos cuatro bloques con las emociones que cada uno integra y enseguida escribirás cómo te sientes en relación a cada uno de los marcadores. Por ejemplo, vergüenza: En este momento siento una profunda vergüenza por… Observarás que lo que escribas es lo que en este momento te corresponde trabajar, el nivel donde te empiece a costar escribir es el rango en el que te encuentras.
Es importante que no te juzgues, estés donde estés es el resultado del contexto en el que vives, sin duda para generar un cambio de frecuencia vas a necesitar un cambio de actitud, trabajar en crear y generar cosas distintas y muchas veces realizar cambios radicales. Nada afuera va a cambiar, lo único que puede cambiar es tu propio observador, quien sí puede evolucionar eres tú.
Para los dos primeros bloques puedes usar las siguientes preguntas a fin de profundizar y darle la vuelta: 1. ¿Qué sucedió o sucede que me hace sentir así? Es importante que te permitas ser honest@. 2. ¿Qué requiero hacer para superarlo? Siempre sabemos qué nos pasa y cómo podemos superarlo.
Para los dos siguientes bloques puedes usar estas preguntas a fin de lograr un mayor desarrollo: 1. ¿Qué estás permitiendo que suceda, que te produzca sentirte así? Eres creador@. 2. ¿Qué mujer estás siendo que genera tales emociones? Tus formas de ser.
Esta revisión puedes hacerla frecuentemente y evaluar el avance que vas a ir creando. Si algo va a suceder es porque quieres que suceda y esto depende de Ti.
INFLUENCIA DE LA FRECUENCIA DE RESONANCIA EN EL ÁMBITO DEL CRECIMIENTO PERSONAL
Por último, todas las cosas que hacemos, ejecutamos, decidimos, etcétera… generan en nosotros un cierto tipo de energía. Esta energía forma parte de algún patrón energético bien a nivel mental o emocional (principalmente), que puede añadirse a cualquiera de nuestros cuerpos sutiles y resto de componentes del sistema energético, así como influenciar el “crecimiento” o cristalización (como lo llamaba Gurdjieff) del alma en cada uno. Es decir, básicamente lo que aprendemos a través de lo que nos pasa o lo que hacemos que nos pase, influye sobre nuestra frecuencia de vibración o resonancia pudiendo incrementarla o reducirla (fluctúa siempre, y no es estática), y que puede hacer que “potenciemos” más nuestra “esencia” interior, o la sigamos manteniendo dormida. Eventos que nos hacen crecer, como experiencias y lecciones superadas, incrementan el nivel de resonancia hacia frecuencias mayores. Eventos generadores de efectos tales como traumas, bloqueos de diversa índole, contagios del inconsciente colectivo, o ataques energéticos, pueden alterar y reducir nuestra frecuencia de resonancia haciéndonos más débiles o vulnerables.
Cuando vemos por todas partes que nos dicen que el “conocimiento protege" y la “ignorancia nos pone en peligro”, no solo es un consejo que suena bien, sino que literalmente cada pieza de conocimiento “objetivo y factual” trae consigo su propia carga energética, que se suma a nuestro cuerpo mental incrementando su frecuencia de resonancia global, potenciando la frecuencia de resonancia global del sistema energético.
Puesto que además nuestro nivel de vibración global depende de la suma del nivel de vibración de cada parte de nuestro sistema físico y energético, cuando hablamos de que es necesario tener una salud optima, un robusto cuerpo eterice, un cuerpo emocional sano y un cuerpo mental limpio, nos estamos refiriendo a que todos los componentes se apoyan y necesitan entre si, y que de nada sirve tener unos en perfecto estado, y otro hecho un asco, pues nos hará caer en picado el nivel vibracional que tengamos.
De este modo vamos a poner atención a nuestras emociones, a mirar hacia adentro para conocerlas y trabajarlas y contribuir así a la elevación de la vibración individual y colectiva.
por Emilio Carrillo
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