jueves, 7 de diciembre de 2023

Educación

La educación: ¿en qué consiste exactamente?

+”Educación” y “educar” proceden del verbo latino “educare”, que significa extraer del otro lo mejor de sí.

+Por ello, la educación tiene dos fundamentos principales: colaborar para que el niño, el adolescente o el joven se conozcan a sí mismos; y que, al hacerlo, ponga en valor sus dones y talentos, sus capacidades y facultades innatas.

Educación y formación no son lo mismo

+Coloquialmente, se suele hablar de “educación” y “formación” como sinónimos, pero no es así. Como tampoco es igual “educar” que “formar”.

+Concretamente, “formación” y “formar” no derivan de “educare”, sino de otro verbo latino: “formare”. Su traducción admite actualmente una doble interpretación: “formar” o “formatear”. La línea que separa ambos términos es muy fina, pero muy importante.

+Formar: Aprendizaje de técnicas, herramientas y conocimientos, ligados o no a los dones y talentos de la persona, para acceder al mercado laboral.

+Formatear: Es lo que se hace en informática cuando se formatea, por ejemplo, un Cd, esto es, borrar los ficheros primigenios que contenía y sustituirlos por otros.

+Realmente, esto, “formatear” y no “educar” es lo que con demasiada frecuencia y facilidad hacen los padres y el denominado “sistema educativo”: dejar a un lado los ficheros originales del niño, adolescente o joven –sus dones y talentos innatos- e imponer en su lugar otros ficheros distintos: sistemas de creencias que actúan cual “programas informáticos”, desvirtuando y anulando lo que los chicos/as son y amoldándolos y sometiéndolos a lo que la sociedad y el sistema imperante quieren de ellos y ajustando y encorsetando su comprensión de las cosas y sus pautas de conducta y comportamientos a las normas y reglas establecidas por tal sistema. En definitiva, transformarlos en una especie de robots que no hacen cosas por sí mismos –como derivación de lo que son y se mueve en su interior-, sino como acciones y reacciones mecánicas y automáticas inducidas y provocadas por esos programas informáticos, por esos sistemas de creencias.

+De este modo, en vez de colaborar a extraer de los hijos/as lo mejor de sí mismos, se les aliena y se les prepara para una vida marcada por el olvido y la renuncia a lo que verdadera son –lo que inexorablemente conllevará frustración y sufrimiento-, imbuyéndoles una consciencia egocéntrica que los convierte en “sujetos” (literalmente, significa “estar sometido”) y “esclavos integrales” (se auto explotan voluntariamente a sí mismos) aptos para el “trabajo” (mercado laboral) y para sobrevivir, en lugar de vivir.

+Como padre y madre y como educador es momento de que recuerdes y recuperes lo que es la esencia de la educación: tal como se señaló anteriormente (punto 2), colaborar para que el niño, el adolescente o el joven se conozcan a sí mismos y, al hacerlo, ponga en valor sus dones y talentos.

por Emilio Carillo

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