Nadie
más que tu tiene el poder de
modificarte, ni herirte, ni de arruinarte la vida, salvo que tu entregues ese poder, es tu
decisión sentirte herido, dejarte modificar o arruinarte la vida y esto habla
de la torpeza en tu forma de interpretar lo que recibes.
En
el momento que los seres humanos nos
inventamos que nos enojamos con alguien, únicamente estamos enojados con
nosotros mismos y lo estamos porque hay algo en nuestra VIDA que no está
funcionando producto de nuestra des-integridad,
de lo contrario jamás regalaríamos nuestra energía enojándonos con alguien.
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