Todo pensamiento produce forma en algún nivel, según UCDM.
Esto es muy poderoso, y muy poca gente lo sabe y menos todavía lo aplican en su vida diaria.
En macrobiótica somos muy cuidadosos con las cosas que comemos, porque sabemos que crean efectos físicos.
Si bebemos un vaso de cerveza o de vino sabemos que ese simple vaso es una causa y que creará un efecto que tarde o temprano se manifestará.
Si ponemos una o dos cucharadas de gomasio sobre el cereal o sobre el arroz, esa simple acción creará un efecto que aparecerá más adelante.
El ser macrobióticos es básicamente tener esa conciencia, esa comprensión, esa sabiduría.
Por eso si nos viene una gripe o un dolor de cabeza o una dermatitis de contacto, sabemos que es simplemente un efecto de causas antiguas que nosotros mismos hemos detonado.
Pero la gente corriente no tiene esta poderosa comprensión.
Una día le toman una muestra de sangre en un estudio de rutina y le aparece el azúcar muy alta y le informan que es diabética.
Y piensa que es una herencia familiar y que el estrés y los conflictos emocionales crearon esta desafortunada realidad.
El efecto es claro y evidente.
Pero las causas permanecen ocultas por un velo de misterio.
¿Vidas pasadas? ¿Conflictos no resueltos? ¿Un nuevo tipo de virus?
Cuando estudiamos yin y yang comprendemos que causa y efecto son idénticos, sólo que se alternan en el tiempo, como el verano y el invierno.
Cada cosa que comemos crea un efecto, una realidad feliz o infeliz.
Cada palabra que pronuncian nuestros labios, crea un efecto, una realidad feliz o infeliz.
Pero la sabiduría de un UCDM va más allá y nos dice que cada pensamiento crea un efecto, crea un tipo de realidad en algún nivel y que tarde o temprano nos vamos a topar con éste.
Por eso pensemos en lo queremos y sólo en lo que queremos.
Porque estaremos sembrando semillas que tarde o temprano darán frutos.
Frutos dulces o amargos, según lo que sembramos, horas antes, días antes o meses antes.
No es necesario recordar todos los detalles.
Sino cuidar lo que estamos sembrando ahora mismo, con la certeza y la felicidad de que estamos invirtiendo en un futuro....un futuro hecho a nuestra medida como si fuéramos arquitectos que imaginan la casa perfecta.
-Martín Macedo-
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