La más alta sabiduría es el amor.
Pero no un amor que sólo hable palabras bonitas.
No es suficiente con hablar, aunque todos necesitamos esas palabras tan poderosas.
El verdadero amor debe tomar acción.
El amor en acción se llama servicio.
El sabio sirve al bienestar colectivo.
El necio sólo se ocupa de su propio beneficio.
La tierra es todo amor porque sostiene la vida de las plantas.
Las plantas son todo amor porque se brindan para sostener la vida animal.
Los animales son todo amor porque también sirven a la salud de los ecosistemas terrestres.
Los herbívoros sostienen a las especies carnívoras.
Los carnívoros regulan y estabilizan las poblaciones de los herbívoros haciéndolas más fuertes y perfectas biológicamente.
Así los animales, todos ellos contribuyen a la belleza de la naturaleza y sirven al equilibrio de los ecosistemas.
Todos los seres incluso las bacterias y microbios sirven a la salud del planeta, cada uno cumpliendo un papel.
Pero no podemos servir a la humanidad si estamos enfermos.
El enfermo se convierte en una carga y debe ser cuidado y atendido como ocurre con los ancianos que viven en instituciones.
Si los futbolistas se enferman no hay partido.
Si los profesores se enferman no hay clases.
Por eso la sabiduría infinita da la salud infinita a las aves, a los peces y a los mamíferos para que puedan cumplir su misión con gran poder y perfección.
Cuando vivimos sin sabiduría perdemos el rumbo y nos dedicamos a la auto gratificación olvidando nuestra misión.
Nos convertimos en acumuladores, que acumulan y acumulan hasta que explotamos como un globo que se infla demasiado.
Muchos tienen sobrepeso hoy en día.
La mayor parte de la humanidad tiene un sobrepeso que pone en riesgo su salud.
Se debe a la acumulación de alimento y agua.
Como si fuera una cisterna que se llena y se llena.
Hasta que el sistema colapsa.
Y ese el comienzo de la enfermedad.
Comienza en la mente, al olvidar el propósito de la vida.
Se debe a la falta de educadores de calidad.
Porque la educación actual no forma seres libres sino esclavos en masa.
- Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario