¿Se puede ser feliz todo el tiempo?
Sería maravilloso si alguien descubriera una técnica que lo hiciera posible.
Seguramente ganaría una fortuna porque todos querrían tener esa llave.
Pero este es un mundo de alternancia, de yin y yang y si la felicidad es yang en algún momento la infelicidad hará su aparición.
Incluso el bebé que es un ser extraordinariamente bello y puro no vive la felicidad el 100% del tiempo.
El bebé llora, experimenta el dolor y la carencia.
Las mejores películas tienen un final feliz.
Pero ese final fue construido mientras el protagonista luchaba y se debatía entre la angustia, el dolor y la pérdida.
Sin la experiencia de muchos contratiempos no sería posible ese tan anhelado final feliz, porque si alguien muy sensible dijera "no quiero ver esta parte que es muy dura, avísenme cuando venga la parte linda".....entonces sólo vería el feliz desenlace y eso no sería un final feliz, porque no tendría ninguna gracia.
Nuestro ego quiere 100% de seguridad, 100% de certeza, 100% de garantía.
Entonces las compañías de seguros crean su prosperidad debido a esta debilidad de nuestros egos que se apegan a la felicidad, la salud y la certeza.
El ego quiere ganar siempre, no quiere perder, prefiere morir antes que perder.
Y por eso los deportes modernos son juegos de egos que sólo quieren ganar y sufren cuando no ganan.
Pero cuando disolvemos el ego, cuando nos fundimos en el infinito comprendemos que ganar y perder son idénticos, que inhalar y exhalar son la misma dinámica y que el invierno sólo prepara el terreno para un nuevo verano.
El ser infinito, nuestro gran "yo", no reacciona negativamente cuando pierde, porque no está apegado a la ganancia.
Sólo vive el momento así como es, disfruta de los valles y las crestas como el surfista experimentado que goza del ascenso y del descenso.
El juicio supremo siempre ve la maravilla, porque lo ama todo, comprende la belleza de todo y abraza todo eternamente.
Comencemos este nuevo año lunar llamado búfalo de metal con esa apertura de nuestra consciencia para que experimente la dicha en cada momento así como es, subiendo y bajando, comiendo y ayunando, escuchando y hablando, soltando y agarrando, empezando y finalizando.
Y así no nos preocupará si somos felices todo el tiempo.
Porque no hay tiempo, excepto este instante que es perfecto con sus ausencias y sus riquezas.
Martin Macedo-
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