Dios tiene una salud infinita.
Porque salud es energía sin límites y Dios no tiene carencias.
Pero cuando Dios elige experimentar la relatividad.
Renuncia a la salud absoluta.
Para sumergirse en el mundo de la dualidad.
Entonces puede enfermar.
Puede experimentar todas las enfermedades imaginables.
Porque ninguna enfermedad puede existir como tal si antes no fue imaginada.
Él puede padecerlas todas.
Hasta las más graves.
Y curarlas todas.
Porque todas las cosas son posibles para Él.
Porque su mente es sin límites.
La chispa divina vive en todas las formas de vida.
También en el humano hay un destello de Dios.
Y con ese destello.
Alcanza y sobra para que el hombre pueda curar todas las enfermedades.
Y erguirse orgulloso.
Como un gran guerrero que habiendo vencido a los adversarios más poderosos.
Alza su espada hacia el cielo para que un rayo de sol se refleje sobre su afilada hoja.
-Martin Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario