El que se ensalza será humillado.
El que se humilla será ensalzado.
Entonces queda claro que los educadores religiosos durante siglos nos han inculcado la idea de que la virtud es la humildad.
Si nos humillamos, si somos muy humildes finalmente tendremos el premio y nos llevarán en andas como a un campeón de fútbol que hizo el gol de la victoria.
Gracias a la humildad que según muchos creen es un pasaporte a la felicidad y al éxito en todos los niveles.
Pero es erróneo.
La Biblia está llena de invitaciones a reconocer el Poder de Dios, que es Todopoderoso, y que el hombre justo debe humillarse ante este gran poder que está por encima de èl, que está separado de él y que se enoja cuando se lo desobedece.
El peor de los pecados, la peor de las abominaciones es creerse un dios o igualarse a Dios.
Así se han controlado a los rebaños de ovejas durante miles de años....los pastores amorosos velan por la seguridad de sus rebaños y los protegen del mal (del lobo feroz) y se desviven para que sus ovejitas tengan todo lo que necesitan.
Para que este sistema funcione se necesita gente que crea que la humildad es una virtud esencial para ser una persona buena que irá al cielo como premio por su obediencia y fidelidad a Dios.
Ese sistema ya es obsoleto.
La mentira tiene patas cortas.
Somos gigantes y esa es la hermosa verdad.
Aunque la neguemos seguirá siendo verdad.
La verdadera humildad es comprender que nuestro cuerpo físico es frágil y temporal y que nuestras capacidades físicas son muy pobres comparadas con los recursos interiores donde nuestra alma individual se confunde con el alma universal como las gotas de lluvia se confunden con el agua de los ríos, de los mares y de los lagos.
Esa forma de humildad elevada no degrada a ningún ser; muy por el contrario lo ayuda a comprender la conexión de la vida infinita de la cual ningún ser está separado, porque si lo hiciera dejaría de existir.
Cuando comprendemos lo insignificante que es nuestra vida física comparada con la grandeza del Universo sólo podemos experimentar una profunda gratitud y maravilla por la experiencia de la vida mortal como si fuera un eslabón de la cadena de la vida infinita....
Esa es a mi parecer la verdadera humildad.
Humildad sabiduría en vez de humildad - sumisión a otros egos.
-Martín Macedo-
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