Mis estudiantes y mis amigos de las redes le han perdido el miedo a la palabra "infinito".
Quien ya no teme a ese concepto tiene la mitad del camino andado.
Porque una vez que uno le pide al universo la salud infinita, o el amor infinito o la felicidad infinita, el pedido es atendido de inmediato.
Y cuando pedimos la "salud infinita", sin temor a ninguna palabra o concepto, el amor tan grande de la fuente se regocija en enviarnos diez mil toneladas de salud y éxito a una velocidad tan grande que al chocar contra la Tierra la haría pedazos.
Por esa razón la inteligencia infinita ha puesto una latencia, llamada período de gestación.
Recientemente pedí a una empresa de envíos unos botes de umeboshi desde los EEUU.
Ya conozco a esta firma, son excelentes y he hecho otras compras antes.
Normalmente demoran 15 días.
Pero mis umeboshi fueron pedidas el 31 de enero y llegarán a Miami el 9 de marzo para recién salir en un avión comercial en dirección a Montevideo.
Ya hice el pago y ahora toca esperar.....(la dulce espera).
No me siento carente porque pedí y todavía no recibí.
Ellos me garantizan que llegará, que espere tranquilo.
Y yo les creo, tengo fe en esta firma.
La fuente desea enviarme mis ume a la velocidad de la luz.
Pero si así fuera ( y no dudo que le encantaría hacerlo a esta fuente tan amorosa) los botes llegarían a una velocidad tan grande que romperían mi ventana y harían daños en mi casa e incluso me golpearían haciéndome un chichón por la intensidad de la entrega.
La inteligencia infinita puso esa latencia para protegerme a mi, a mi ventana y a los otros muebles de mi casa.
Lo mismo ocurre cuando pedimos a la fuente la salud infinita.
Cuando logramos liberar las barreras y resistencias, totalmente, y volvemos a ser como niños pequeños, puros, limpios sin preconceptos, la salud infinita se precipitará sobre nosotros como un diluvio de felicidad y dicha.
Algo tan explosivo que haría estallar nuestras células.
Por eso la inteligencia infinita ha puesto esa latencia, ese período de gestación.
Imagine si un embarazo humano en vez de hacerse en 9 meses ocurriera instantáneamente como quien infla un globo para una fiesta.
Estallaría...sería una locura....la humanidad se multiplicaría en minutos por miles o millones de veces y la humanidad entraría en colapso.
Por esa razón cuando pidamos salud infinita estemos preparados.
Porque nos volveremos como bebés; adorables, hermosos, irresistibles.
Y la gente se enamorará de nosotros y nos querrán abrazar y besar y no nos dejarán en paz.
Como cuando una estrella de Hollywood se pasea por un centro comercial lleno de gente.
Agradezcamos a la latencia, al período de gestación que está hecho para protegernos.
Pero cuando demora mucho nos sentimos frustrados y desgraciados.
Se debe a que todavía hay bloqueos infranqueables que nosotros debemos liberar lo antes posible.
Y para ello hemos creado este club.
El club de la salud infinita que pronto tendrá muchas celebridades.
-Martín Macedo-
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