Si de verdad quieres transformar tu vida, si de verdad quieres convertirte en una luz para ti mismo, si de verdad quieres saber el misterio último de la existencia y el éxtasis último de estar vivo, entonces la primera fuerza es la intensidad, la totalidad.
Lo que hagas, hazlo con intensidad, óptimamente. No seas descuidado, no seas vago, no lo hagas a medias. Métete en ello completamente, deja que se convierta en una absorción total.
Si bailas, baila tan totalmente que el que baila desaparezca y sólo quede el baile, y entonces habrá transformación.
Si amas, ama totalmente, tan totalmente que no se encuentre al que ama. Sólo se encuentra al que ama si estás reteniendo algo; eso que retienes se convierte en el que ama. Si estás reteniendo algo, lo que estás reteniendo se convierte en el que baila, en el que canta. Si estás totalmente en el baile, en la canción, en el amor, ¿quién queda ahí para decir, «soy el que ama, soy el que baila»?
No queda nada. Y la totalidad te transforma.
OSHO
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