martes, 2 de mayo de 2017

La Transformación del Águila: Renovarse o morir

La Renovación del Águila


El águila real americana es el ave que posee la mayor longevidad de su especie, llega a vivir hasta 70 años. Pero para llegar a esa edad, en el ecuador de su vida tiene que tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años, sus uñas curvas y flexibles no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta, su pico alargado y puntiagudo comienza a curvarse apuntando contra el pecho peligrosamente, y sus alas, envejecidas y pesadas por las gruesas plumas hacen que volar sea una tarea muy complicada. Es entonces, cuando el águila tiene que tomar una decisión y sólo tiene dos alternativas: dejarse morir, o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará unos ciento cincuenta días.

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido próximo a una pared, donde no necesite volar. Entonces, el águila ya refugiada comenzará a golpear su pico contra la pared hasta conseguir arrancarlo. Una vez amputado, tendrá que esperar a que nazca un nuevo pico con el cual, después, tendrá que arrancar sus viejas uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, será el momento para desprenderse de sus viejas plumas arrancándoselas con su nuevo pico. Después de cinco meses muy duros, el águila real saldrá victorioso ejecutando su famoso vuelo de renovación y entonces dispondrá de 30 años más de vida.

A lo largo de nuestra vida generamos situaciones similares. ¿Has pensado en algún momento que ya has dado todo lo que podías en tu trabajo, familia, amigos...? Como si ya hubieras agotado toda tu creatividad y que no te tienes mucho más que aportar. Hay momentos donde nos encontramos débiles, agotados, desanimados... Estamos en un punto donde, o nos renovamos como las águilas o iremos de mal en peor. Esta transformación no es gratuita. Nos exigirá parar, hacer un alto en el camino, reflexionar, hacer una introspección y así, saber cuáles son los picos, plumas y uñas de las que debemos desprendernos.

Cada uno puede identificarlas fácilmente en sus vidas: son aquellas actitudes, vicios y costumbres que nos impiden el cambio, que nos atan al pasado, a la mediocridad a la falta de ánimo para empezar la lucha. También puede tratarse de resenti-mientos, complejos, baja o alta autoestima, que nos nublan la vista y la capacidad de ser objetivos con nosotros mismos. Requerimos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causan dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

Los budistas dicen: “Despréndete de tus máscaras, de todo lo que te impida ver tu verdadero rostro en el espejo. Aquello que te separe de lo realmente eres”. Osho lo llama “ las máculas”, las manchas que impiden que el brillo que somos se proyecte desde nosotros, embelleciendo literalmente nuestra vida, dándole un resplandor sublime y mayor a cada paso. Cada uno sabe cuáles son esas máculas, esos impedimentos mentales alimentados por el ego y el deseo y, mantenidos en actividad por la amnesia que estamos padeciendo quizás desde varias vidas.

Renueva, vive, disfruta

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