lunes, 11 de octubre de 2021

Yin y Yang como las manos izquierda y derecha de Dios

 

El maestro Georges Ohsawa se refería a las grandes fuerzas creadoras yin y yang como las manos izquierda y derecha de Dios.
Como un alfarero que trabaja la arcilla y le da forma a todo.
Las mismas manos que hacen una forma pueden deshacer esa forma y volver a crear otra forma.
Se necesita una gran cantidad de energía para crear y estabilizar una forma.
Para formar un átomo de hidrógeno Dios tuvo que concentrar una tremenda cantidad de energía; condensarla y contraerla hasta crear una forma estable que nosotros percibimos como materia.
Pero Einstein dotado de una inteligencia brillante comprendió que si se separan las partículas minúsculas que componen el átomo se libera la misma energía que las creó y esa es una energía fantástica pero destructiva.
La tradición religiosa afirma que "no separe el hombre lo que Dios ha unido".
Lo dicen en casi todas las bodas cristianas, pero nosotros podemos comprender que se refiere a todas las bellas formas que se formaron empleando una fuerza yang extremadamente grande.
Por eso el casamiento es extremadamente yang.
Y el divorcio es extremadamente yin; la desintegración de la familia.
Por esa razón mucha gente teme al casamiento; porque es un yang extremo.
Pero también es una gran felicidad.
La felicidad es un yang extremo y la infelicidad es un yin extremo.
Toda la materia es yang extremo y toda la materia fue creada por una fuerza de condensación extrema.
Cuando la materia se expande libera bruscamente una gran cantidad de energía y ese es origen de la bomba termonuclear.
Cuando tomamos drogas o alcohol o azúcar refinada o miel tomamos un yin extremo.
Al igual que la mayoría de los medicamentos.
Y también el aceite de coco y otras frutas tropicales.
Cuando tomamos yin extremo se libera bruscamente una gran cantidad de energía y nos sentimos poderosos por algunos momentos como cuando un ejército lanza una bomba atómica sobre el campamento enemigo.
La cocaína y el azúcar refinada actúan de la misma forma, liberando bruscamente una gran cantidad de energía pero creando también una gran destrucción.
Esto se debe a la energía extremadamente poderosa del reino vegetal.
El cuerpo acumula yang primero y luego lo suelta bruscamente usando la energía yin del reino vegetal.
La gente come mucha carne y lácteos y luego toma pan refinado y azúcar y tiene una gran cantidad de energía.
Por eso nuestra alimentación debe contener una gran cantidad de yang de excelente calidad y también una gran cantidad de yin de excelente calidad.
Si sólo tomamos yang no funcionará.
Si sólo tomamos yin no funcionará.
Pero la explosión de energía necesita el yin formidable del reino vegetal.
El problema es que la gente usa un tipo de alimento vegetal refinado y seccionado generando un efecto destructivo silente, que pasa desapercibido durante la etapa activa de la vida hasta que alrededor de los 35-40 años empieza a demoler hasta los físicos más robustos.
Y por eso los grandes campeones del deporte se retiran a los 35.
El cereal completo tiene la fuerza explosiva del reino vegetal.
Nos expande la conciencia, nos permite comprender el infinito y nos permite fundirnos en el infinito para gozar de todos sus poderes.
Es como una bomba atómica de gran calidad que libera su poder sin destruir.
El cereal es una bomba atómica de máxima calidad.
Por eso el vegetarianismo es un intento maravilloso para que el pequeño ser humano se convierta en un gigante lleno de poder.
Pero si se desconocen estas manos invisibles de yin y yang, el experimento puede resultar destructivo.
Y por eso nuestros estudios son tan importantes para la felicidad del género humano.

-Martín Macedo-

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