Cuál es la conexión entre la macrobiótica y el zen?
Una vez le preguntaron al maestro zen Taisen Deshimaru, muy respetado en Francia por ser el representante europeo de la escuela japonesa del Soto Zen.
Y su respuesta fue: macrobiótica no es zen.
Ohsawa estaba dando conferencias por toda Francia y tuvieron un par de encuentros pero sus puntos de vista eran opuestos.
Ohsawa lo fue a ver y le dijo que si seguia bebiendo alcohol iba a tener muchos problemas en el futuro (murió de cáncer de páncreas a los 67 años).
Sin embargo Taisen enseñaba que la comida no tiene nada que ver con el zen.
Pero Ohsawa insistía en que sin macrobiótica no hay zen verdadero, que el zen actual nutrido con alimentos sin calidad no es verdadero zen sino una simple práctica espiritual que ha perdido su magia.
La alimentación tradicional en los monasterios era arroz integral, sopa de misso y vegetales cocidos a fuego lento con sal marina.
El zen enseña la atención plena.
En el estado de atención total surge la sabiduría infinita, la paz infinita y es en el único lugar del universo donde puede sentirse felicidad.
Fuera del presente no hay felicidad ni salud.
Fuera del presente el ego se ocupa de revivir nuestra historia de dolor y de preocuparse por un futuro que aun no llegó pero que desea anticipar para estar preparado.
La mayor parte de la gente vive distraída, no logra enfocar poderosamente su atención.
Porque la habilidad de mantener una atención sostenida requiere de una excelente condición física.
Si el organismo está intoxicado la mente se vuelve inestable y errática y cae fácilmente en evasiones hacia el pasado o hacia el futuro.
Todos dicen..."vive el presente"...pero no lo consiguen por falta de práctica y porque físicamente no consiguen sostener la atención más que unos pocos segundos.
Por eso los monjes en los monasterios zen tradicionales siguen un régimen dietético que los hace fuertes en su habilidad de estar atentos durante horas .
La salud infinita es vivir como los niños que están siempre atentos y vivaces.
Pero los adultos están cansados y contaminados.
Y no logran el estado de atención plena si no es con grandes sacrificios.
Pero Deshimaru insiste en que basta con la práctica persistente de la meditación.
El tema de la dieta lo deja a criterio de cada estudiante.
Si nuestro estado es fuerte, la concentración es poderosa e inmediata.
Pero si nos falta salud, las distracciones son constantes.
Y por eso mucha gente me dice que meditar es "muy difícil".
Por eso sin macrobiótica no hay zen.
Sin una salud de hierro no hay atención plena.
Y sin atención plena no hay sabiduría.
Y finalmente se vive en una frustración constante.
Pero muchos tienen la esperanza de que si practican con tenacidad alcanzarán la felicidad y la sabiduría sin importar la calidad de su comida física.
Deshimaru era muy fuerte físicamente y no necesitaba preocuparse por su nutrición.
Pero la mayor parte de sus alumnos no son tan fuertes.
Y necesitan fortalecer sus cuerpos.
Pero Deshimaru los invitaba a tomar unos tragos luego de una extenuante sesión de práctica.
Y su sucesor da sus charlas sobre el zen mientras fuma una pipa y ríe a carcajadas.
-Martín Macedo-
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