lunes, 25 de octubre de 2021

Un texto inédito de Ohsawa

Esta historia está en el texto inédito de Ohsawa titulado CONFERENCIAS DE GEORGES OHSAWA,

Saint Medard de Guizieres 1964

Hay muchos rostros transmutados. Tenemos otro ejemplo viviente, la encontré en París, en nuestro restaurante Zen. Después de haber vivido tantas dificultades, tantas miserias, finalmente a los 68 años conoció la alegría de vivir por primera vez, gracias a la Macrobiótica. Esta es su carta:

Señor:

Soy una enferma de 68 años, me disculpo por abusar de su precioso tiempo y rogarle que lea mi historia: nací prematura a los 6 meses y medio; sólo medía 30 cm y pesaba 500 gr. Mi hogar era de obreros pobres y mi padre murió tuberculoso a los 28 años: un hermano mío murió a los 6 meses de meningitis y mi madre murió hace 11 años por un cáncer, tenía 64 años. Era robusta a pesar de ser la n°21 en una familia de 23 hijos. Fui criada por mi abuela, pobre y viuda. Nunca pasé hambre, pero lo que comía no era adecuado para mi constitución, por eso crecí poco. Mi estado me dio muchos sufrimientos porque hubiese querido tener un hogar e hijos. Aún enferma siempre trabajé, soy muy alegre, amo la vida y todo lo que vive.

Llegó la guerra en 1939 y aunque antes nunca tuve miedo, eso me conmocionó, sobre todo por el temor a los gases. Me fui como refugiada en un tren carguero, estábamos en la región del Loira. Tuve mucho frío y miedo. Cuando volví a mi casa tuve ciática. Pero suponía que era debido a las fatigas que había experimentado durante mi éxodo. Mi estado se agravaba y cojeaba. Ningún medicamento surtía efecto y el 1° de febrero de 1943, me internaron. Estuve enyesada 4 meses y pasé 3 meses más andando con muletas. La operación no resultó, y lo podía ver por las radiografías. Me volvieron a operar, luego tuve otros dolores sobre el muslo izquierdo. Retorné al hospital donde me cortaron el nervio obturador para evitar la misma operación.

Luego lo pasé en una casa de convalecencia hasta el año 1953. No pude volver a trabajar. Volví a mi casa donde vivía encerrada mientras me ayudaban algunos amigos, y trataba con cierta dificultad de cuidar la casa y cocinarme. Durante 6 años tuve forúnculos. Casi todos los días me atendía un médico. Durante estos últimos cuatro años seguí un dieta sin sal debido a los medicamentos que tomaba: cortisona y sus derivados, hormonas, píldoras vitamínicas de todo tipo y aspirinas. En julio de 1963 se me bloqueó el muslo y la pierna derecha. El médico me hizo entender que ya no podía ayudarme, me dio la dirección de un ortopedista. Estaba desesperada y no quería terminar mi vida en un hospital.

Tuve la felicidad de conocer al Sr. Champon, quien me explicó los beneficios de la Macrobiótica, que adopté a partir del 10 de abril. Al cabo de 15 días ya no tenía molestias y desaparecieron los dolores y los forúnculos. Se me aclaró la piel y flexibilizó el busto. Ya no tengo miedo de moverme. Antes, todo movimiento me causaba fuertes dolores en las piernas. Ahora puedo quedar parada por más tiempo y han mejorado las piernas. Sé que aún tengo que esperar y pacientar. Por eso le estoy muy agradecida Sr. Ohsawa, por mi y por todos los que alivió y por los experimentos que hizo sobre sí mismo.

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