El azúcar destruye los riñones...
Recién leí una publicación proveniente de un centro educativo de macrobiótica, que comenzaba así....
¿Es correcta esta afirmación?
Sólo hay dos posibilidades: es verdadera o es falsa.
Mi opinión es que es falsa.
Porque está quebrando una regla de oro de la medicina natural, establecida por Paracelso (1493-1541); que afirma que "el veneno es la dosis".
Una cantidad muy pequeña de azúcar no destruye los riñones.
Una gran cantidad de azúcar consumida continuamente durante un largo período de tiempo sí que hará un gran daño.
Pero la publicación va más lejos sugiriendo que la calabaza o zapallo también pueden hacer daño al riñón en base a la teoría de que el elemento tierra controla al elemento agua.
El uso de las palabras es algo muy poderoso y también una gran responsabilidad.
Las generalizaciones de este tipo pueden crear temor y confusión en las personas que no dominan estos temas y toman contacto por primera vez con la medicina natural.
Es como decir: "la carne roja tapa las arterias".
O la sal de mar es mala para los hipertensos.
La gente debe tomar conciencia de lo destructiva que puede llegar a ser la comida industrializada y esa es nuestra misión al difundir estas enseñanzas tan preciosas para crear más salud en la gente y en el planeta.
Es la toma de conciencia lo que devolverá la salud al mundo.
Pero en nuestro afán de crear conciencia no debemos atemorizar intentando resultados más rápidos.
La toma de conciencia debe ser gradual, sin forcejeos y sin prisas.
Es como hacer un buen arroz; si se intenta cocer antes de los 40 minutos no será excelente.
Pero hay una escuela en Brasil que descubrió cómo hacerlo en 30 minutos.
Y es delicioso: se llama arroz a presión extra.
Para hacerlo se debe usar una llama más fuerte y colocar un peso sobre la válvula principal mientras se bloquea la válvula de seguridad.
Es muy yang y muy sabroso, pero a veces vuelan las tapas.
Los resultados rápidos son muy tentadores pero menos seguros.
Viajar a gran velocidad en la autopista puede ser excitante pero también hay un peligro mayor.
Pienso que los cambios deben ser graduales; la naturaleza no pasa del invierno al verano de golpe.
Ni la cura de enfermedades es instantánea como las curas que se relatan en la Biblia donde con sólo tocar la túnica de Cristo se producía una cura.
En realidad ese tipo de curas instantáneas son posibles pero en el nivel interno, al curar la comprensión de una forma súbita.
Pero la cura física, el cambio físico pasará por un proceso largo y paciente.
Pero nuestro ego desea que los cambios físicos también sean instantáneos.
Y eso no es posible porque el mundo denso tiene su propia velocidad de la misma forma que la serpiente tiene su velocidad y la liebre tiene su velocidad.
Y eso no debe cambiar porque así es la perfección del mundo natural.
-Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario