viernes, 29 de octubre de 2021

Conexión entre la macrobiótica y el zen

 Cuál es la conexión entre la macrobiótica y el zen?

Una vez le preguntaron al maestro zen Taisen Deshimaru, muy respetado en Francia por ser el representante europeo de la escuela japonesa del Soto Zen.
Y su respuesta fue: macrobiótica no es zen.
Ohsawa estaba dando conferencias por toda Francia y tuvieron un par de encuentros pero sus puntos de vista eran opuestos.
Ohsawa lo fue a ver y le dijo que si seguia bebiendo alcohol iba a tener muchos problemas en el futuro (murió de cáncer de páncreas a los 67 años).
Sin embargo Taisen enseñaba que la comida no tiene nada que ver con el zen.
Pero Ohsawa insistía en que sin macrobiótica no hay zen verdadero, que el zen actual nutrido con alimentos sin calidad no es verdadero zen sino una simple práctica espiritual que ha perdido su magia.
La alimentación tradicional en los monasterios era arroz integral, sopa de misso y vegetales cocidos a fuego lento con sal marina.
El zen enseña la atención plena.
En el estado de atención total surge la sabiduría infinita, la paz infinita y es en el único lugar del universo donde puede sentirse felicidad.
Fuera del presente no hay felicidad ni salud.
Fuera del presente el ego se ocupa de revivir nuestra historia de dolor y de preocuparse por un futuro que aun no llegó pero que desea anticipar para estar preparado.
La mayor parte de la gente vive distraída, no logra enfocar poderosamente su atención.
Porque la habilidad de mantener una atención sostenida requiere de una excelente condición física.
Si el organismo está intoxicado la mente se vuelve inestable y errática y cae fácilmente en evasiones hacia el pasado o hacia el futuro.
Todos dicen..."vive el presente"...pero no lo consiguen por falta de práctica y porque físicamente no consiguen sostener la atención más que unos pocos segundos.
Por eso los monjes en los monasterios zen tradicionales siguen un régimen dietético que los hace fuertes en su habilidad de estar atentos durante horas .
La salud infinita es vivir como los niños que están siempre atentos y vivaces.
Pero los adultos están cansados y contaminados.
Y no logran el estado de atención plena si no es con grandes sacrificios.
Pero Deshimaru insiste en que basta con la práctica persistente de la meditación.
El tema de la dieta lo deja a criterio de cada estudiante.
Si nuestro estado es fuerte, la concentración es poderosa e inmediata.
Pero si nos falta salud, las distracciones son constantes.
Y por eso mucha gente me dice que meditar es "muy difícil".
Por eso sin macrobiótica no hay zen.
Sin una salud de hierro no hay atención plena.
Y sin atención plena no hay sabiduría.
Y finalmente se vive en una frustración constante.
Pero muchos tienen la esperanza de que si practican con tenacidad alcanzarán la felicidad y la sabiduría sin importar la calidad de su comida física.
Deshimaru era muy fuerte físicamente y no necesitaba preocuparse por su nutrición.
Pero la mayor parte de sus alumnos no son tan fuertes.
Y necesitan fortalecer sus cuerpos.
Pero Deshimaru los invitaba a tomar unos tragos luego de una extenuante sesión de práctica.
Y su sucesor da sus charlas sobre el zen mientras fuma una pipa y ríe a carcajadas.

-Martín Macedo-

Lo pequeño y lo grande no se pueden separar.

Lo pequeño y lo grande no se pueden separar.

Somos tan grandes y al mismo tiempo somos tan pequeños.
Pero no lo vemos tan fácilmente.
Algunas personas sólo ven sus limitaciones.
Sólo ven su debilidad, su pequeñez y se desaniman.
Otros tuvieron la suerte de tener buenos mentores que les ayudaron a ver su grandeza.
Si te acostumbras a ver tu grandeza tu confianza aumentará cada vez más y tarde o temprano triunfarás en la vida.
Pero si eres incapaz de ver tu propio valor, tu propia grandeza, te sentirás siempre en inferioridad de condiciones.
Y te hallarás en una posición desventajosa.
Es difícil ver lo infinito que hay en ti en un mundo lleno de formas y límites.
Pero si lees constantemente poco a poco te será muy natural ver grandeza por doquier.
La verás en las plantas, en los árboles, en las estrellas y en un simple insecto.
Cuando veas la grandeza y cuando te maravilles ante ésta, podrás verla en ti mismo.
Y deberás mejorar tu diálogo interno.
Si dices: "no puedo, es demasiado difícil, o este problema me supera"...y lo haces una y otra vez, tu diálogo interno te está quitando poder.
Pero si afirmas tu grandeza, tu salud infinita, tu sabiduría innata ya que eres parte de la vida infinita.....tus energías aumentarán y te sentirás inspirado.
Eres tan grande como la calidad de tu diálogo interno.
Cada palabra es una llave.
Un pasaporte hacia la grandeza o hacia la pequeñez.
Las dos realidades están esperando por ti con la puertas abiertas.
Y tú decides a cuál de éstas vas a ingresar para experimentar sea una vida grande, sea una vida llena de trabas.
Todo depende de la calidad de tu diálogo interno.
Porque toda tu realidad grande o pequeña comienza en tu mente.

-Martín Macedo-

miércoles, 27 de octubre de 2021

Podemos comernos todo el universo

 La salud infinita se come.

La enfermedad crónica también se come.
La sabiduría se come.
Y la estupidez infinita también se come.
Esta es la mayor llave de la libertad.
Podemos comernos todo el universo.
Porque en el Universo sólo hay yin y yang.
Podemos comer todo el yin o todo el yang y obtener un resultado.
Pero cuando se desconocen yin y yang, la gente elige en base al nivel de vitaminas o grasas omega 3.
Y obtiene un resultado muy diferente del que buscaba.
Buscaba la salud infinita pero sólo obtiene una leve mejora de su salud.
Entonces vuelve a buscar en los libros, en internet, en la opinión de los expertos, más trucos, más claves, más secretos para alcanzar la tan anhelada salud infinita.
Pero lo prueba todo y siempre es más de lo mismo.
Porque lo infinito no se puede alcanzar estudiando leyes finitas.
Dijo Ohsawa una vez; podéis estudiarlo todo y al final os arrepentiréis.
Porque si uno estudia el mundo finito hasta convertirse en un catedrático, siempre será el mundo finito.
Y allí no están las cosas infinitas, ni la felicidad ni la salud infinita.
Estas sólo se obtienen estudiando los principios infinitos.
Cuando estudiamos yin y yang y sabemos cocinar podemos crear un cuadro magnifico, como un pintor que prepara sus colores antes de hacer su diseño.
Pero cuando no estudiamos el infinito, andamos a tientas en un mundo que ofrece sólo ganancias efímeras.
Y por eso mucha gente se deprime y concluye que es demasiado difícil.
Y eligen su alimentación en base al sabor y el color.
O incluso en base a antiguos hábitos que le fueron impuestos por su cultura.
Y así los mismos problemas se repiten en cada nueva generación.
Pero nosotros debemos cortar el círculo vicioso y liberarnos de esas antiguas cadenas.
Y gozar de la libertad infinita, comiendo sólo yin y yang.
Y si tiene vitaminas mejor.
Nosotros nos comemos al mismo Universo.
Y por eso no tenemos límites.
Somos rigurosos con la calidad.
Porque sin calidad no hay libertad.

-Martín Macedo-

martes, 26 de octubre de 2021

Buscamos la felicidad.


Buscamos la felicidad.

Pero la buscamos en el sitio donde no está.
Entonces por mucho empeño que pongamos en la empresa no lograremos encontrar nada.
Porque partimos de una base falsa.
Buscamos la felicidad en el mundo externo.
Nunca en el mundo interno.
Pero el mundo externo es sólo un mundo de sombras, una muestra opaca de la luz infinita que es lo que realmente queremos.
Pero esa luz infinita se halla en el mundo interno y se proyecta como sombras en el mundo externo.
Nuestra civilización se ha vuelta demasiado práctica; es decir que lo que se puede percibir como concreto es lo valioso y el resto no vale nada.
Adora la manzana y escupe la semilla.
Esa adoración de lo concreto, de lo físico se debe a un exceso de yang resultado de siglos de una nutrición yang que adora los derivados animales y menosprecia los vegetales.
Se burla de los vegetarianos y los ridiculiza; los cataloga de ovejas dóciles y débiles que nacen para someterse y servir a los fuertes.
El hombre yang busca la felicidad en el mundo yang.
El hombre yin busca la felicidad en el mundo yin.
El hombre yang se siente feliz cuando ocurre algo en el mundo yang que lo hace feliz; entonces pone toda su esperanza de que ocurra algo en el mundo yang para hacerlo feliz.
Se siente feliz cuando los exámenes médicos dan normales y se descarta el diagnóstico que teme.
Depende de ese evento externo para sentirse feliz y sano.
Se siente feliz cuando obtiene una promoción en su trabajo.
Tiene que ocurrir algo en el mundo yang para acto seguido sentirse feliz.
Se siente feliz porque encontró una pareja.
Pero mientras no consigue pareja, no obtiene una promoción en su trabajo y el diagnóstico es inquietante....su vida no será feliz.
Le da el poder a eventos externos, esporádicos y fuera de su control para sentir un poco de felicidad.
Pero el hombre yin sabe que la promoción debe crearla primero en su mente.
Que la pareja ideal la debe formar primero en su conciencia.
Y que la salud perfecta comienza con su propia conducta personal.
No necesita que pase algo especial para sentirse feliz.
Es feliz por decisión propia al sembrar las semillas de la felicidad en su propia mente por iniciativa personal.
Como sabe que su mente posee la luz infinita y que esta luz proyecta su sombra sobre el mundo yang, sabe con absoluta certeza que si alimenta su mente con la imagen y la emoción de su deseo completamente realizado acabará proyectando su sombra en el mundo yang.
Entonces es feliz en la expectativa de lo que desea.
Esa es la definición de fé que nos dejó San Pablo.
La fe es la certeza de lo que se espera.
Espero lo mejor porque ya lo he creado en mi mente.
Y aunque el mundo yang me diga que no.
Yo sé que sí.
Porque el mundo yin está totalmente bajo mi control y allí todo es posible como en el mundo infantil donde la fantasía es tan real como la manifestación.
Por esa razón Jesús nos aconseja volver a ser como los niños.
Pero nos endurecemos y embrutecemos con tanto alimento yang que al final perdemos el estado de gracia.
Y por eso la nutrición macrobótica nos sutiliza y nos prepara para entrar al Reino de los Cielos.
Y ese es el mundo yin desde el cual se proyectan todas las sombras.
Incluso las sombras más bellas.

-Martin Macedo-




lunes, 25 de octubre de 2021

El azúcar destruye los riñones...

 El azúcar destruye los riñones...

Recién leí una publicación proveniente de un centro educativo de macrobiótica, que comenzaba así....
¿Es correcta esta afirmación?
Sólo hay dos posibilidades: es verdadera o es falsa.
Mi opinión es que es falsa.
Porque está quebrando una regla de oro de la medicina natural, establecida por Paracelso (1493-1541); que afirma que "el veneno es la dosis".
Una cantidad muy pequeña de azúcar no destruye los riñones.
Una gran cantidad de azúcar consumida continuamente durante un largo período de tiempo sí que hará un gran daño.
Pero la publicación va más lejos sugiriendo que la calabaza o zapallo también pueden hacer daño al riñón en base a la teoría de que el elemento tierra controla al elemento agua.
El uso de las palabras es algo muy poderoso y también una gran responsabilidad.
Las generalizaciones de este tipo pueden crear temor y confusión en las personas que no dominan estos temas y toman contacto por primera vez con la medicina natural.
Es como decir: "la carne roja tapa las arterias".
O la sal de mar es mala para los hipertensos.
La gente debe tomar conciencia de lo destructiva que puede llegar a ser la comida industrializada y esa es nuestra misión al difundir estas enseñanzas tan preciosas para crear más salud en la gente y en el planeta.
Es la toma de conciencia lo que devolverá la salud al mundo.
Pero en nuestro afán de crear conciencia no debemos atemorizar intentando resultados más rápidos.
La toma de conciencia debe ser gradual, sin forcejeos y sin prisas.
Es como hacer un buen arroz; si se intenta cocer antes de los 40 minutos no será excelente.
Pero hay una escuela en Brasil que descubrió cómo hacerlo en 30 minutos.
Y es delicioso: se llama arroz a presión extra.
Para hacerlo se debe usar una llama más fuerte y colocar un peso sobre la válvula principal mientras se bloquea la válvula de seguridad.
Es muy yang y muy sabroso, pero a veces vuelan las tapas.
Los resultados rápidos son muy tentadores pero menos seguros.
Viajar a gran velocidad en la autopista puede ser excitante pero también hay un peligro mayor.
Pienso que los cambios deben ser graduales; la naturaleza no pasa del invierno al verano de golpe.
Ni la cura de enfermedades es instantánea como las curas que se relatan en la Biblia donde con sólo tocar la túnica de Cristo se producía una cura.
En realidad ese tipo de curas instantáneas son posibles pero en el nivel interno, al curar la comprensión de una forma súbita.
Pero la cura física, el cambio físico pasará por un proceso largo y paciente.
Pero nuestro ego desea que los cambios físicos también sean instantáneos.
Y eso no es posible porque el mundo denso tiene su propia velocidad de la misma forma que la serpiente tiene su velocidad y la liebre tiene su velocidad.
Y eso no debe cambiar porque así es la perfección del mundo natural.

-Martín Macedo-

Un texto inédito de Ohsawa

Esta historia está en el texto inédito de Ohsawa titulado CONFERENCIAS DE GEORGES OHSAWA,

Saint Medard de Guizieres 1964

Hay muchos rostros transmutados. Tenemos otro ejemplo viviente, la encontré en París, en nuestro restaurante Zen. Después de haber vivido tantas dificultades, tantas miserias, finalmente a los 68 años conoció la alegría de vivir por primera vez, gracias a la Macrobiótica. Esta es su carta:

Señor:

Soy una enferma de 68 años, me disculpo por abusar de su precioso tiempo y rogarle que lea mi historia: nací prematura a los 6 meses y medio; sólo medía 30 cm y pesaba 500 gr. Mi hogar era de obreros pobres y mi padre murió tuberculoso a los 28 años: un hermano mío murió a los 6 meses de meningitis y mi madre murió hace 11 años por un cáncer, tenía 64 años. Era robusta a pesar de ser la n°21 en una familia de 23 hijos. Fui criada por mi abuela, pobre y viuda. Nunca pasé hambre, pero lo que comía no era adecuado para mi constitución, por eso crecí poco. Mi estado me dio muchos sufrimientos porque hubiese querido tener un hogar e hijos. Aún enferma siempre trabajé, soy muy alegre, amo la vida y todo lo que vive.

Llegó la guerra en 1939 y aunque antes nunca tuve miedo, eso me conmocionó, sobre todo por el temor a los gases. Me fui como refugiada en un tren carguero, estábamos en la región del Loira. Tuve mucho frío y miedo. Cuando volví a mi casa tuve ciática. Pero suponía que era debido a las fatigas que había experimentado durante mi éxodo. Mi estado se agravaba y cojeaba. Ningún medicamento surtía efecto y el 1° de febrero de 1943, me internaron. Estuve enyesada 4 meses y pasé 3 meses más andando con muletas. La operación no resultó, y lo podía ver por las radiografías. Me volvieron a operar, luego tuve otros dolores sobre el muslo izquierdo. Retorné al hospital donde me cortaron el nervio obturador para evitar la misma operación.

Luego lo pasé en una casa de convalecencia hasta el año 1953. No pude volver a trabajar. Volví a mi casa donde vivía encerrada mientras me ayudaban algunos amigos, y trataba con cierta dificultad de cuidar la casa y cocinarme. Durante 6 años tuve forúnculos. Casi todos los días me atendía un médico. Durante estos últimos cuatro años seguí un dieta sin sal debido a los medicamentos que tomaba: cortisona y sus derivados, hormonas, píldoras vitamínicas de todo tipo y aspirinas. En julio de 1963 se me bloqueó el muslo y la pierna derecha. El médico me hizo entender que ya no podía ayudarme, me dio la dirección de un ortopedista. Estaba desesperada y no quería terminar mi vida en un hospital.

Tuve la felicidad de conocer al Sr. Champon, quien me explicó los beneficios de la Macrobiótica, que adopté a partir del 10 de abril. Al cabo de 15 días ya no tenía molestias y desaparecieron los dolores y los forúnculos. Se me aclaró la piel y flexibilizó el busto. Ya no tengo miedo de moverme. Antes, todo movimiento me causaba fuertes dolores en las piernas. Ahora puedo quedar parada por más tiempo y han mejorado las piernas. Sé que aún tengo que esperar y pacientar. Por eso le estoy muy agradecida Sr. Ohsawa, por mi y por todos los que alivió y por los experimentos que hizo sobre sí mismo.

sábado, 23 de octubre de 2021

En el año 675 A.C. se difundía una plaga a través de todo el Japón.

 En el año 675 A.C. se difundía una plaga a través de todo el Japón.

Es difícil determinar exactamente el tipo de enfermedad, porque es una historia antigua y no hay registros completos de los síntomas. Pero parece que la plaga provino de Asia continental e incluía elevada fiebre y un cambio en el color de la piel; probablemente un tipo de plaga negra. Murieron miles pero nadie podía detenerla o frenarla. Aconsejado por un monje budista, el Emperador Temmu proclamó lo siguiente: “A partir de este día, no comáis carne de vaca, cerdo, aves o cualquier otra carne de animal doméstico. Esta ley es efectiva para siempre”.

Muy pronto se abatió la plaga y mejoró la salud de la gente. La ley se convirtió en una tradición japonesa y fue practicada durante 1200 años. Por supuesto hubo varias plagas, pero la tasa de mortalidad era menor que en China o Europa. A mediados del siglo XIX, llegaron los norteamericanos al Japón, iniciándose un intercambio comercial Los norteamericanos fueron los primeros en enseñar a los japoneses que la carne es buena para comer porque se la considera rica en los mejores nutrientes. Y así los japoneses comenzaron a comer carne.

Por accidente o por un acto providencial, yo, un japonés, llegué a los Estos Unidos 130 años después, deseando recordar a los norteamericanos que para ganar la batalla contra el sida es necesario evitar la carne.
Inmunología Natural (Noboru Muramoto), 1988

viernes, 22 de octubre de 2021

“Lo que das, te lo das”

 “Lo que das, te lo das” es una vieja frase de origen oriental a la cual Alejandro Jodorowsky le añadió: “lo que no das te lo quitas”. Lo que uno entrega no lo entrega en una sola dirección, lo suelta en la corriente de la vida, la misma corriente que te nutre a ti. Negarse a dar, ser mezquino con la vida en cualquiera que sea la entrega que tenemos que hacer, cada uno con sus dones, equivale a perder algo fundamental.

Le preguntaron a Alejandro Jodorowsky: ¿Podría explicar como llegó a la conclusión de que «lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas»?

Como Jung, creo que tenemos no sólo un inconsciente individual sino también un inconsciente colectivo. Y si es así, estamos todos unidos. Lo que yo pienso, todos lo piensan. Lo que todos piensan yo lo pienso. En nuestro cerebro vibran continuamente los otros cerebros. No hay una cosa y su contrario, sino todas las cosas al mismo tiempo, con sus infinitas gamas de matices.

Si los otros son yo, me dije, todo lo que les doy me es devuelto multiplicado.. Lo que no les doy, son oportunidades de las que me privo. El inconsciente colectivo está unido al planeta, es más, es producido por el planeta. La tierra forma parte de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu. Todo lo que les damos a los demás, fertiliza al planeta. Pero si guardamos en forma mezquina nuestros valores, no sólo dañamos a los seres humanos, sino también a los animales, a las plantas y al planeta entero.

Lo que damos nos es devuelto en múltiples dones: buen clima, frutos sanos, fertilidad, prosperidad. Lo que hacemos como daño, aunque sea psicológico, la naturaleza nos lo devuelve enviándonos cataclismos, tempestades, sequías, crueles cambios climáticos. Las mentes egoístas ensucian al mundo. Las mentes generosas pueden transformarlo en un hermoso jardín. (Palabras de Jodorowsky)

Somos ricos porque todos albergamos dones y nuestros dones son espirituales y por ello inagotables. Con esos dones participamos de la infinitud de recursos que la vida posee, incluidos los materiales. Dentro de este mecanismo la vida te retribuye siempre adecuadamente, pero si dejas de participar esta retribución se corta, perderás el favor de la vida, de una u otra forma.

“El universo no nos juzga, solo nos provee de consecuencias y de lecciones y de oportunidades para equilibrarnos y aprender a través e la ley de la causa y el efecto. Pero si tuviera que descubrir que el más pobre entre los mendigos y el más imprudente entre los ofensores están todos dentro de mí, y que o sobrevivo necesitando las limosnas de mi propia caridad; que yo mismo soy el enemigo que tiene que ser amado, ¿Entonces, qué?” -Carl G. Jung

Si te retraes, te escondes, te encierras, acorazas tu corazón, regateas, negocias, calculas, generas deudas, entonces te saldrás del verdadero flujo del dar y el recibir.

Podrías ganar de una manera ventajista, sacar provecho de tu actitud, acumular cifras en el “haber” propio y en el “debe” ajeno, pero entonces lo harías negándote a dar o escamoteando, sobrevalorando lo que diste o, al contrario, inundando con tu “generosidad” al otro para forzar un compromiso o alimentar una deuda con la que asegurarte la retribución.

Por miedo, interés, orgullo o ambición tu don dejaría de ser incondicional y algo, automáticamente, te quitarías del fluir renunciando a tu papel en la Vida, algo que podría terminar por arruinar cualquier logro temporal que genere tu actitud incorrecta.

Por falta de confianza en la Generosidad de esta vida podemos auto-excluirnos y quedar a merced del azar, desgobernados por el ego. Sabiendo esto, conscientes de nuestra riqueza y de la abundancia que nos rodea, ¿podemos tan siquiera plantearnos albergar ni un miligramo de mezquindad en nuestros corazones?

El placer de dar es sobre todo de la persona que da, compartir lo que tienes te eleva y de repente la vida tiene más sentido. Si, por la razón que sea (aprendizajes, creencias, miedo, etc.) no das, te pierdes este sentimiento de plenitud y conexión con los demás.

El objetivo de las personas que dan con el corazón no es recibir algo en cambio, pero al dejar una estela de luz y buena energía en sus alrededores, lo habitual es que con el tiempo les van llegando regalos, ya que la gente se recuerdan muy positivamente de ellos. Y así se cierre un círculo de energía positiva.

Lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas. Lo que haces para los otros, lo haces para ti mismo. Lo que sucede en el mundo, es para ti.

Maestros de vida

 No hay víctimas ni perpetradores para el alma. Para el ALMA solo hay MAESTROS.

-Maestros del daño: Pasan por tu vida a recordarte que tu herida infantil sigue abierta, para que la revises con un poco más de amor.
-Maestros de la crítica: Pasan por tu vida a recordarte que tu ego es reactivo, para que lo mires con un poco más de sentido del humor.
-Maestros de la envidia: Pasan por tu vida a recordarte que tu don es prestado, para que lo emplees con un poco más de humildad.
-Maestros del rechazo: Pasan por tu vida a recordarte que ellos son tu, para que ilumines tu inconsciente con un poco más de responsabilidad.
Una vez comprendes esto, no ves enemigos en ninguna parte. El mundo no viene a dañar quién eres. El mundo viene a recordarte quién eres.

Cuanto más te olvidas de tu plan en la Tierra, más sientes que todos te “molestan”.

Cuánto más consciente eres de tu misión en la Tierra, más sientes que todos te “potencian”.
Por eso. De ti depende que creas que los demás te hacen cosas negativas o positivas directamente a ti. Por eso. De ti depende que aprendas que los demás solo te muestran las cosas negativas o positivas que te haces indirectamente a ti mismo.
"Querida Alma de camino, comparto esta reflexión, para que reconozcas tus maestros. En mi experiencia propia he reconocido los míos y se ve las experiencias de vida diferente.
Me ha impulsado a ser la persona que soy ahora.

A recordar Mi Ser y las Lecciones del Alma para comprender, aprender, transformar con la alquimia de la consciencia"

(Fuente: Somos Energías)

jueves, 21 de octubre de 2021

Mastique Ud. 100 veces o más cada bocado

 La gente le tiene miedo al sida porque lo considera incurable e imposible de prevenir. No confía en su salud. Pero comprendiendo que el sida puede prevenirse, desaparece el temor.

La mejor y más rápida forma de obtener esta confianza es masticando muy bien los alimentos.....

Mastique Ud. 100 veces o más cada bocado. Si lo practica, se sorprenderá ante el enorme cambio. Dentro de una semana su piel tendrá otro aspecto - fresco, brilloso y hermoso. Su cuerpo ya no se sentirá pesado y tendrá mayor energía y ninguna fatiga; sentirá que ha iniciado una nueva vida.

Sin hacer otra cosa, comenzará a desaparecer el temor.

Deseará continuar esta práctica por el resto de su vida.

Si no sigue este consejo, no lo podrá comprender. Si no mejora con esta práctica, la solución es masticar más. Quizá piense que está demasiado ocupado y no dispone de tiempo para masticar, pero, ¿qué es lo importante en la vida? ¿ En dónde hay felicidad sin salud?

Noboru Muramoto (Inmunología Natural)
1988

miércoles, 20 de octubre de 2021

La célula puede crear miles de variaciones del mismo gen

Nuestros genes son tan cambiantes como nuestro cerebro. Las últimas investigaciones en genética demuestran que diferentes genes se activan en diferentes momentos: siempre están en flujo y son influenciados. Hay genes dependientes de la experiencia que se activan cuando hay crecimiento, sanación o aprendizaje; y hay genes dependientes del estado de comportamiento que se ven influidos durante el estrés, la excitación emocional o el sueño.

Una de las áreas de investigación más activas en la actualidad es la epigenética, el estudio de cómo el entorno controla la actividad de los genes. La epigenética nos permite pensar en el cambio de forma más profunda. El cambio de paradigma epigenético nos da libre albedrío para activar nuestra propia actividad genética y modificar nuestro destino genético.
Sólo con cambiar nuestros pensamientos, sentimientos, comportamientos y reacciones emocionales enviamos a nuestras células nuevas señales, y éstas expresan nuevas proteínas sin cambiar el plano genético. Así que, aunque el código del ADN sigue siendo el mismo, una vez que una célula es activada de una manera nueva por una nueva información, la célula puede crear miles de variaciones del mismo gen. Podemos señalar a nuestros genes que reescriban nuestro futuro.
¿Qué futuro estás reescribiendo en este momento?
Puede ser una imagen de 1 persona y texto que dice ""La epigenética sugiere que podemos señalar a nuestros genes para que reescriban nuestro futuro." Dr Joe Dispenza @drjoedispenza @zuadso"


El yo pequeño pronto se cansa.

 El yo pequeño pronto se cansa.

A pesar de esforzarse mucho sus progresos son mínimos.
Pero como es inteligente, el yo pequeño busca formas de volverse grande.
Y buscando y buscando encontró un atajo hacia la grandeza.
Algo fácil y accesible que le permite alcanzar logros antes impensados.
Cuando el yo pequeño utiliza las drogas, consigue resultados increíbles.
Una mayor potencia y desarrollo muscular.
En algunos casos este desarrollo es impresionante.
Y así se consiguen más medallas en los juegos olímpicos.
Al ego le encantan los aplausos y el reconocimiento.
Adora las medallas y está dispuesto a todo por obtenerlas.
Los atletas rusos han estado usando drogas con la complicidad del gobierno durante más de una década para obtener más medallas.
Finalmente se descubrió todo y se aplicaron severas sanciones como la exclusión de los juegos olímpicos de Tokio y los juegos de invierno de 2022.
Las drogas representan el yin infinito.
Los mejores atletas del mundo occidental se nutren con grandes cantidades de proteína animal y azúcares refinados.
A pesar de sus grandes esfuerzos y dedicación sus cuerpos pronto se endurecen y se contraen y así no consiguen la energía suficiente para lograr los excelentes resultados atléticos que buscan.
Simplemente porque están intoxicados de tanta proteína.
Los chinos y los africanos por razones culturales y económicas toman mucha menos proteína animal que los atletas provenientes de países ricos, donde tienen acceso libre a los alimentos yang.
Pero el extremo yang se convierte en yin.
Y queriendo ser los más fuertes se han debilitado.
Entonces desesperados por mejorar sus marcas olímpicas recurren a las drogas secretamente para obtener más medallas.
Los resultados de los controles de dopaje eran falseados para que pasaran por atletas libres de drogas.
En vez de mejorar su nutrición recurren a los fármacos.
Y parece funcionar durante un tiempo porque así se libera el exceso de yang animal.
Pero sería mucho más sencillo reducir la proporción de carnes y aumentar la de alimentos vegetales de calidad como han hecho durante milenios las naciones asiáticas.
Los atletas vegetarianos están obteniendo unos resultados fantásticos y esto ha sido comprobado por expertos.
El yo pequeño pronto se cansa.
Pero el yo infinito no se cansa nunca.
Aún drogado al máximo el yo pequeño no consigue brillar.
Sólo lo logran aquellos que consiguen conectarse con su yin infinito.
Pero esto es imposible cuando el cuerpo está tan endurecido por tanta proteína.
Esa es la desventaja de los ricos.
Y la ventaja de los pobres.
Y por esa razón la salud infinita sólo se consigue aumentando la proporción de alimento vegetal.
Y trabajando físicamente al máximo.
Por eso los vegetarianos y macrobióticos que no trabajan duro físicamente se van apagando poco a poco mientras se preguntan qué está fallando en sus dietas.
Pero sin movimiento no hay transmutación.
Y lo finito no puede volverse infinito.

-Martín Macedo-

lunes, 18 de octubre de 2021

La salud infinita

 Ustedes, los buscadores de la salud infinita deben conocer todos los secretos.

Y practicar y practicar hasta lograr una habilidad infinita.
La salud infinita es un poder infinito.
Y por lo tanto necesita el yang infinito y el yin infinito.
Todos los días, porque el agua entra y sale, el oxígeno entra y sale, la sal entra y sale.
Tomamos materiales del ambiente y los descargamos.
Algunos toman mucho y descargan poco, no se ejercitan, no desean trabajar fuerte.
Se convierten en acumuladores, pero si siguen así muchos años al final ocurre una gran explosión.
¿Cuál es la fuente del yin infinito?
Todos pueden responder: los alimentos vegetales son el yin infinito.
¿Cuál es la fuente del yang infinito?
El fuego y la sal, la masticación y el duro trabajo físico.
Cuando el cereal completo se cocina y sala con sabiduría, se mastica y se asimila en forma exitosa, se convierte en yang infinito.
Por esa razón los cereales han sido adorados en las principales civilizaciones del mundo.
Pero desde hace unos trescientos años los procesos de refinado han convertido al cereal en un veneno blanco.
Y por eso ya no sirven como fuente de yang infinito.
Entonces los seres humanos recurren a la proteína animal como única fuente de yang infinito.
Y la toman en cantidad y lo justifican científicamente.
Durante un tiempo funciona pero al llegar a los 35-40 años los humanos envejecen prematuramente y la salud se acaba del todo.
Y se ha convertido en el paradigma de la nutrición.
Si no hay proteína animal no es una buena comida.
Porque sin el yang infinito no hay fuerza, ni voluntad ni entusiasmo por la vida.
Es tan intenso el condicionamiento, el programa, que la mayor parte de la gente incluyendo a muchos médicos entran en pánico sólo de pensar en dejar los lácteos y la carne de vaca.
Tienen miedo de la desnutrición proteico - calórica.
Que sólo se cura con proteína animal.
Nosotros proponemos volver al cereal como fuente de yang infinito.
Es la mejor forma, la forma tradicional.
Pero deben estudiar el Orden del Universo y asistir a talleres de cocina con los mejores maestros.
Esta fuente de yang infinito nos conserva jóvenes por mucho más tiempo y nos vuelve naturalmente espirituales y muy sabios.
Pero la mayoría aún no comprende este secreto.
Por eso la salud infinita es tan rara y si aparece dura muy poco.
Pero nosotros podemos alcanzar esta gran realización y disfrutarla durante décadas sin cansancio ni estrés.
Porque nadie se cansa de la verdadera felicidad.

-Martín Macedo-