martes, 15 de enero de 2019

La grandeza se pone de manifiesto en los pequeños gestos


La grandeza se pone de manifiesto en los pequeños gestos.
Las grandes almas tratan tan bien al maletero como al primer ministro y lo saludan cálidamente.
Una gota de agua de mar es tan importante como todo el Océano Atlántico.
La suavidad con la que cierras la puerta de calle al salir es tan importante como ir a comprar una casa nueva.
La delicadeza con la que guardas tu chaqueta en el armario es tan importante como colocarla elegantemente antes de ir a una reunión social.
¿Cuál es la diferencia entre lo grande y lo pequeño?
Tiempo.
Porque con el tiempo todo lo que es grande termina por dispersarse y vuelve a la nada.
Con el tiempo lo pequeño será grande porque es una Ley Universal Absoluta.
Por eso tenemos paciencia con los niños y sus impertinencias son tratadas con benevolencia.
Porque ahora son pequeños pero con el tiempo serán grandes.
Y podrán llegar a ser celebridades o grandes maestros.
El sabio no ve la diferencia entre lo grande y lo pequeño porque intuye el gran orden que eleva lo bajo y rebaja lo alto.
Con el tiempo una pequeña fuga se convierte en una gran fuga y las pérdidas pueden llegar a ser millonarias.
El sabio sabe que todo es Uno.
Que la gota es tan sagrada como el océano.
Que el limpiabotas es tan sagrado como el magnate dueño de una gran multinacional.
Que una simple palabra de saludo es tan importante como un gran discurso ante las Naciones Unidas.
Que un simple bocado de alimento es tan importante como una cirugía cardiotorácica.
Todo es Uno.
Todo es sagrado.
Todo es importante.
Por eso el sabio no separa la vida privada de la vida profesional.
Cuida todos los detalles y pone toda su atención en cada pequeño paso como se enseña en las artes marciales.
Porque sabe que la inteligencia infinita está en el salto de la pulga y en la construcción de un gran palacio de mármol blanco.

-Martín Macedo-

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