Quiero brillar.
Quieres brillar.
Todos quieren brillar.
El futbolista, el músico, el cocinero, el pintor, el locutor de radio.
La luz infinita quiere brillar.
Es la luz infinita que explota en cada rincón del universo.
La luz infinita nos hermana a todos, nos conecta a todos.
Todos esperamos que los otros brillen.
El mundo necesita que brilles y tú se sientes inspirado cuando otros brillan.
Te sientes feliz escuchando una gran canción, o viendo una jugada magistral en la cancha de fútbol o basket.
La luz infinita no soporta el encierro, el límite o la idea de la pobreza.
Somos polvo de estrellas; es algo literal.
Comemos polvo de estrellas; no sólo en el agua marina, sino en las plantas que absorben la tierra y la tierra está hecha de polvo de estrellas que cae continuamente en nuestro campo gravitatorio.
Dios no está en las alturas.
Está en tu corazón y quiere brillar de una forma única que sólo tú puedes conseguir.
Cuando brillas te sientes feliz.
Tu luz es vital para el mundo; entonces dale toda tu luz, toda tu magia, toda tu belleza, todo tu carisma, toda tu genialidad.
Esa luz infinita es la salud infinita.
Pura fuerza, pura belleza, energía que nunca se agota, que nunca se cansa, que nunca se rinde.....que siempre perdona.
La luz infinita ilumina todo el universo, conecta todos los seres en un gran abrazo de amor infinito.
Pero el ego quiere compartimentar, dividir, clasificar, no quiere fundirse en la luz infinita.
El ego quiere apoderarse de la luz infinita, como los que fabricaron la bomba atómica.
La quisieron encerrar y lastimaron a mucha gente.
La salud infinita llega a ti desde todas partes del universo,
toma esa luz, esa energía y acreciéntala.
Hazla crecer como crecen los grandes árboles en las selvas tropicales.
Porque el propósito de tu vida es ser grande, tan grande como el corazón del Universo.
-Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario