Una historia de miedo, por Michio Kushi.
En San Francisco tengo un amigo macrobiótico. Se llama Juan y tiene 43 años. Dirige uno de los "East - West Center" de los Estados Unidos. Cuando era pequeño lo llevaron al hospital, allí lo anestesiaron y le sacaron las amígdalas.
Después de nacer en perfectas condiciones, con 5 dedos, dos ojos, una nariz, una boca, dos orejas, dos pulmones....¿por qué nos deforman artificialmente, sacándonos las amígdalas? Eso es lo que se llama "ignorancia de la vida". No sabemos nada. Esa ignorancia también es miedo. Tememos que por conservar las amígdalas, podemos contraer amigdalitis. Eso es autodefensa. Ustedes cometieron un error al extraer sus amígdalas. Estaban alejados. Se formaron artificialmente a través de sus padres o médicos. Tal vez por si mismos.
A los siete años de edad, también le sacaron las amígdalas a Juan.Y sus pesadillas comenzaron 5 días después de volver del hospital. Todas las noches entre las 0 y la 1 de la madrugada, en cuanto dormía, veía una enorme mano surgir de la oscuridad. La mano avanzaba hacia Él y lo atrapaba por la garganta. No lo dejaba respirar. Entonces soltaba gritos de desesperación. Los padres de Juan saltaban de la cama, corrían a su cuarto preguntándole: ¿qué pasó? Los vecinos también lo oían y se decían : ¿qué pasó?, llamando a la policía. Aquella mano perseguía a Juan todas las noches. Estaba con mucho miedo, miedo del propio acto de dormir. A pesar de no ser más que un niño, él pensaba: "si me quedo despierto hasta después de medianoche, la mano no me atacará". Así que él trataba de mantenerse despierto, jugando hasta que pasara la hora de la mano. Sus padres le decían: "vete a dormir pequeño"...pero él no quería. Esperaba hasta la 1 o 2 de la mañana.
Naturalmente, en la escuela se dormía en clase.
Y si por algún descuido, él se dormía a las 9 o 10 de la noche, surgía luego de la oscuridad aquella mano inmensa....
Esta situación continuó así, año tras año, noche tras noche.
Lógicamente, se convirtió en un joven muy tímido. Una persona angustiada y frustrada. Su cara era muy pálida. Era un estudiante serio pero muy introvertido y tenía un aspecto esquelético. Para él, la vida no era para nada feliz.
Juan creció en sus tiempos de colegial, hasta entrar en la Universidad. Él no quería frecuentar una Universidad lejos de su casa porque no quería dormir en un dormitorio con sus condiscípulos. Así que insistió en ir a una universidad cerca de la casa de sus padres para así asistir a las clases de día y volver a dormir a su casa. No podía comentar su problema con sus amigos. Ya que sin duda, éstos se reirían de él. Una vez más grande, decidió consultar médicos preguntando: "¿qué debo hacer?". "Esta son tonterías le decían los médicos. "Usted es un poco extraño, pero esto es psicológico. Mejor será consultar a un psiquiatra". Entonces, durante meses consultó a psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas. Todo en vano.A pesar de haber terminado sus estudios universitarios, él era muy tímido y no conseguía una novia. Deseaba casarse. Pero tenía miedo de lo que podría suceder durante la noche, durmiendo con su esposa. Y si de noche.....aquella mano.
No consiguió novia y su vida fue cada vez más triste.
Hasta que un día leyó algo sobre macrobiótica. Encontró fabulosa su filosofía, aunque un poco confusa. Descubrió que también era un medio muy económico de alimentarse. Él no sabía que aquel régimen podía liberarlo de su pesadilla. De cualquier forma comenzó a alimentarse macrobióticamente, comiendo arroz integral, preparando sopa de miso, cocinando vegetales y algas. Un día, dos semanas después de haber iniciado el régimen, temprano de mañana, al lavarse el rostro, percibió que aquella noche no había tenido su pesadilla. "Extraño -pensó- debe haber sido un accidente".
Al día siguiente, al recordar, volvió a constatar lo mismo.
Y así día tras día, estaba asombrado de no soñar más con aquella cosa. Se sintió muy extraño; pensando: ¿qué estará pasando conmigo? Y así medio preocupado y medio feliz, continuó haciendo macrobiótica. Aun no sabía que la macrobiótica era responsable por la ausencia de sueños. Unos cuatro meses después, fue invitado a una fiesta en casa de unos amigos. En aquella fiesta comió queso, sandwiches de jamón, bebió refrigerantes, dulces...Y pensó..."pucha, a veces esta comida americana es rica; yo debería comer así con más frecuencia..."
Esa noche, ahí estaba el monstruo, apareciendo de la oscuridad para tomarlo por la garganta. A la mañana siguiente, Juan no dudó más. Era la macrobiótica la que le había eliminado las pesadillas. Comprendió que todas aquellas pesadillas, desde los 7 años de edad y que le arrancaban gritos todas las noches, no era sino el resultado de la ingestión de carne, huevos, azúcar....etc.
Desde ese día, Juan no cometió más excesos, y fue cada día más feliz, sabiendo que sólo tendría pesadillas si se alimentaba mal. Así, aún cometiendo excesos y aún teniendo pesadillas, ya no tuvo más miedo y recuperó la confianza en sí mismo porque ahora conocía la causa de su problema.
Juan encontró una novia y se casó con ella. Ahora tienen dos hijos. Montó su propio negocio, habla sobre la macrobiótica con muchas personas y sin duda, es feliz
Esa es la historia de una pesadilla.
Fuente: Seminario de medicina, filosofía y cultura oriental.
San Pablo, noviembre de 1977
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