Perder la salud es trágico.
Y parece que es la norma, al pasar los 40-45 años.
Todos tenemos un poco de temor de cumplir 40 años porque hay una creencia instalada en el colectivo de que a esa edad declinamos físicamente.
Hombres y mujeres pierden su atractivo físico.
La belleza parece esfumarse.
Incluso para conseguir un trabajo se da preferencia a los más jóvenes.
El número 40 parece un número maldito cuando se trata de la edad.
Pero es una falsa percepción.
En realidad lo que cambia es que la salud declina rápidamente a esa edad.
Pero no es algo debido al simple paso del tiempo.
Es el resultado de hábitos tóxicos, hábitos compartidos por la gran mayoría de las personas.
Pero si tenemos la voluntad de construir la salud infinita, seguiremos jóvenes por mucho tiempo.
Porque para la gente corriente a partir de esa edad vienen un cúmulo de calamidades, problemas de salud, debilidad, cansancio y perdida de atractivo personal.
Se instala un mal humor crónico que deteriora las relaciones interpersonales.
Si lo vemos en términos de yin y yang, esa declinación se debe a una yinnización intensa.
Durante la juventud somos muy yang, muy activos, muy vitales, muy saludables porque todavía el sistema orgánico no se ha contaminado tanto.
Pero si durante 3 o 4 décadas lo maltratamos con malos hábitos ese yang se agotará como cuando alguien gana la lotería y se gasta rápidamente su premio en tres años.
La salud infinita viene fácil porque es un regalo del Orden del Universo.
Y lo que viene fácil también se va fácil.
Por esa razón la mayor parte de los que ganan la lotería se lo gastan todo en pocos años.
En vez de invertirlo y desarrollarlo más, lo malgastan.
La salud infinita sólo se expresa en un cuerpo fuerte, en un organismo poderoso.
Ese organismo nos es dado como un regalo, al igual que le ocurre a todos los animales y vegetales cuando son jóvenes.
Pero la naturaleza es sabia y los seres conservan su poder y su fuerza hasta edades avanzadas.
¿Cómo es posible que algunas tortugas marinas vivan 250 años con gran salud y fortaleza en medio del océano y todos sus peligros?
Nuestra fuerza y atractivo personal deberían durar hasta los 70 años.
La macrobiótica nos permite conservar ese núcleo yang de juventud y poder durante mucho tiempo.
Pero sólo para los que estudian.
Para los demás no habrá forma de evitar lo inevitable.
Porque sus bocas sin fondo aceptan todo tipo de energías extremas.
El sabio invierte y aumenta.
El imprudente gasta todo rápidamente y termina tan pobre como al inicio.
Sólo cuando estudiamos los principios de yin y yang podemos rejuvenecer o envejecer con plena libertad.
Podemos evitar el destino trágico de la vejez anticipada.
Tenemos la libertad de tener la edad biológica que queramos.
Y sólo lo hacemos con alimentos.
Que serán deliciosos si dominamos los secretos del arte culinario.
Es la postura más sabia....conseguir el bien más precioso sólo disfrutando de los manjares de la más alta calidad.
Pero sin comprender yin y yang todas las dietas fracasarán.
Porque nuestra filosofía no trata de dietas sino de domesticar las dos fuerzas creadoras que todo lo sostienen.
Y todo lo destruyen.
Quien las conoce conserva su fuerza.
Quien las ignora perderá su salud y su atractivo antes de los 40 a pesar de sus mejores intenciones.
-Martín Macedo-
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