viernes, 18 de febrero de 2022

El poder de la creencia

 ¿Cuál es el factor que más debilita nuestra salud, nuestro cuerpo, nuestra capacidad de vivir en felicidad y paz interior?

¿Cuál es el factor que más nos fortalece físicamente, mentalmente, espiritualmente?
¿Se trata de algún alimento?
No es un alimento o una bebida o una droga.
Se trata de una creencia.
La creencia más tóxica, la más formidable ilusión, el obstáculo más grande para acceder a la salud infinita.
Si se cura esta creencia inmediatamente se abre la puerta que conduce hacia el Reino de los Cielos, donde la felicidad y la salud infinitas son posibles.
Los que no consiguen curarla seguirán naturalmente en el infierno hasta que comprendan.
Algunos maestros macrobióticos no consiguen liberarse de este error a pesar de magníficos y meritorios estudios y dedicación a la práctica durante años.
Este factor, este veneno tan potente que contamina el mejor plato saludable y natural del mundo es simplemente la ilusión de estar separados del resto de las personas, del resto de las otras formas de vida.
Se trata del ego o del pequeño yo.
Este ego siempre está a la defensiva, busca protegerse y considera a los demás como rivales, o competidores y los divide en amigos y enemigos.
Algunos maestros y maestras macrobióticas tienen un ego muy grande, enorme y se dedican a corregir a los otros líderes para mantener la pureza de la enseñanza.
Los atacan, los persiguen, los critican e intentan desacreditarlos.
He visto varios maestros egocéntricos así, dedicados a desprestigiar a otros maestros porque creen que están salvando el futuro del movimiento.
Estos maestros no son felices ni gozan de la salud infinita porque viven en constante temor...el ego es miedo, el ego crea el miedo, el ego sostiene el miedo.
Es como si el color rojo se considerara mejor que el azul o el verde y los criticara y dijera que están equivocados porque sólo él tiene la verdadera fuerza y la verdadera belleza.
Mis umeboshis son las auténticas, todas las otras son falsas, inferiores y carecen de valor.
Mi escuela es la mejor, aquí enseñamos la macrobiótica verdadera y los otros profesores la enseñan de una forma incorrecta.
Esa arrogancia es ego, un gran ego, un gran miedo, una debilidad física y mental completa, ya que estas personas están separadas del infinito.
Como están separadas en su mente del infinito, le temen al infinito y lo rechazan inconscientemente, porque temen que los consideren poco serios, o fantasiosos o demasiado místicos.
Cuidan su imagen de maestros superiores y están en una constante vigilancia para que nadie los baje del trono donde consideran que deben estar.
Cuando superamos el ego nos volvemos infinitos...y en el infinito no hay superior ni inferior, ni auténtico ni falso, o mejor y peor.
Simplemente hay formas, expresiones, infinitas variedades de calidad e interpretaciones.....claro que las mejores se destacarán del resto pero esto es algo que ocurre naturalmente como cuando una mujer es muy bella y se destaca del resto.
No necesita andar por ahí diciendo que las otras son feas o menos bonitas que ella.
Simplemente es hermosa y se ocupa de aumentar su belleza y conservarla.
Y todos se lo haremos saber porque le diremos lo hermosa que es y todos la desearán y se lo demostrarán de mil formas, de manera que no quedarán dudas ni será necesario aclarar nada.
La inteligencia infinita pone todo en su sitio tarde o temprano.
El que supera la ilusión del ego, la enfermedad del ego, simplemente se dedica a expresar su infinita habilidad, su infinita salud y su infinita belleza....porque ve la conexión de todo y goza de los privilegios de un dios o de una diosa.
Porque considera que el Orden del Universo no requiere que lo apoyen.

-Martín Macedo-

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