La salud infinita es una expresión de abundancia.
Como un torrente que baja de la montaña.
No hay carencias ni insuficiencias.
Pero la enfermedad comienza con señales de disminución.
Lo primero es el cansancio.
Es la primer señal de enfermedad.
Es una expresión de pobreza.
La pobreza más básica...que conduce a otros tipos de pobreza.
Pobreza de ideas, falta de paciencia, falta de claridad mental, falta de ánimo y un constante mal humor.
Al final es la depresión, la infelicidad.
Un tipo de infierno que no necesita religiones ni juicio final.
La salud es la abundancia o riqueza infinita.
Hay de sobra y el que la posee tiene ese entusiasmo como alguien que anda regalando billetes de 100 dólares a todo el mundo porque ganó la lotería.
El que tiene da generosamente, pero el pobre no da nada, se guarda sus magros recursos como si su vida dependiera de ellos.
No saluda, ni sonríe, ni informa nada sobre su vida.
Es antipático y tiene pocos amigos.
A lo sumo compartirá sus penas para desahogarse un poco con quien quiera escucharlo.
Pero todos disparan porque nadie quiere ese cóctel negativo.
Pero cuando se tiene la salud infinita todo se siente fácil y liviano.
Cuando aparecen los problemas estos se resuelven con valor e incluso con una actitud de total auto confianza en el resultado esperado.
La enfermedad comienza con el cansancio; cansancio de los músculos, del sistema inmune, de la tiroides, de la producción de insulina y de otras hormonas necesarias para la expresión de la salud.
El riñón no quiere filtrar, el corazón no quiere trabajar duro, el pulmón se fatiga y pide una tregua.
Las manos duelen y se inflaman.
Se cansa la vista y la espalda pide un respiro.
El cuerpo entero pide vacaciones.
Y todo el año espera esa bendita semana que al final pasa tan rápido.
Nosotros buscamos ante todo la salud infinita.
Y todo lo demás vendrá por añadidura.
Pero la gente normalmente se interesa en su salud cuando está muy enferma.
No hace prevención porque tiene otras prioridades.
Y cuando la salud no es la prioridad.
La catástrofe es inevitable.
Y por eso vienen las pandemias.
Para que las personas entiendan que la salud es más importante que cualquier otra cosa.
Si no entienden por el camino fácil.
Deberán entender por el camino difícil.
Pero todos finalmente comprenderán.
Y dejarán de culpar a los virus.
A los mosquitos.
Y a los murciélagos.
-Martín Macedo-
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