sábado, 20 de marzo de 2021

La humildad

 La humildad está relacionada con el reconocimiento y la aceptación de tus defectos, debilidades y limitaciones. Es lo único que te predispone a cuestionar aquello que hasta ahora habías dado por cierto. En el caso de que además seas vanidoso o prepotente, te inspira a simplemente cerrar la boca. Y solo hablar de tus logros en caso de que te pregunten. Llegado el momento, te invita a ser breve y no regodearte. Es cierto que tus cualidades forman parte de ti, pero no son tuyas. Cultivar la humildad genera los siguientes efectos terapéuticos, erradicando de raíz la arrogancia, la soberbia, el orgullo y la vanidad:

- Disminución del miedo a cuestionar aquello en lo que has venido creyendo, cuestionando así el núcleo desde el que has construido tu identidad.
- Fortaleza para aprender de cada equivocación que cometas, comprendiendo que los errores son necesarios para que sigas creciendo y evolucionando.
- Pérdida de interés en discutir, imponer tu opinión o tener la razón.
- Mayor predisposición para escuchar nuevos puntos de vista, incluso cuando se oponen a tus creencias.
- Ataques temporales de lucidez, en los que reconoces que eres un ignorante y vislumbras claramente el camino hacia la sabiduría.
- Frecuentes episodios en los que no solo silencias elegantemente tus virtudes, sino que permites que los demás descubran las suyas.
- Más curiosidad para explorar formas alternativas de entender la vida, que ni siquiera sabías que existían.

Borja Vilaseca

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