domingo, 14 de marzo de 2021

En mi opinión no hay personas malas.

 En mi opinión no hay personas malas.

Como si fuera una categoría.
Esa forma de pensar, de clasificar a las personas en grupos, en razas, en ideologías, se conoce en psicología como pensamiento dicotómico.
Porque los anarquistas, porque los ecologistas, porque los rusos.
La mente dicotómica fragmenta a la humanidad y se enoja contra una de estas categorías y la hace responsable de su infelicidad.
Me parece muy sabia la actitud de Cristo en la cruz, sufriendo físicamente cuando dijo ..."Padre no saben lo que hacen"....si hubiera sido un hombre dicotómico hubiera dicho...."los romanos son unos malvados y son los responsables de tanta sangre de inocentes".
Los romanos son los malos y nosotros los cristianos somos las víctimas.
Ellos deben ser ajusticiados, castigados y despojados del poder.
Al mejor estilo revolución francesa donde los malos según la categoría del pensamiento dicotómico de la época fueron guillotinados como si así se resolviera el asunto.
En mi opinión no hay buenos ni malos...sólo seres humanos en proceso de evolución...los más sabios comprenden que sus hermanos más jóvenes no consiguen ver la vida que nos conecta a todos y apenas perciben su pequeña vida individual y la protegen porque creen que el mundo es un lugar hostil donde o devoras o eres devorado.
Son como árboles en un bosque...los pequeños apenas están a unos centímetros de suelo y ven el mundo desde esa óptica.
Pero los árboles más antiguos que tienen decenas de años y miden 40 o 50 mts ven el mundo desde otra perspectiva.
Y así no ven un universo hostil, ya que comprenden que cada uno expresa lo que tiene en su interior.
Si rumiamos día y noche las malas noticias o las calamidades del mundo, nuestro subconsciente tarde o temprano expresará esa calidad de impresiones o pensamientos cargados.
Y así esa persona se convencerá de que el mundo se ha vuelto contra ella y volverá a cargar su revolver con balas negativas y las volverá a lanzar hacia la matriz.
Y así se crea un círculo vicioso y esa persona cuando entra en contacto con otros seres procederá con cautela, con desconfianza como hace un león cuando otro animal entra en su territorio.
Los dicotómicos o dualistas en nuestros términos filosóficos, dividen, crean grupos y le entregan el poder al grupo de los malos porque ellos serán los responsables de su rabia, de su furia, de su indignación.
Ellos me hacen enojar, ellos me hacen sentir miedo, ellos obstaculizan mis sueños y no me permiten ser feliz.
Así el poder creador va a expresar ese tipo de impresiones que ellos pondrán en su subconsciente porque al luchar contra ellos los tendré presentes en mi corazón y en mi mente como ocurre en todas las guerras.
Y por eso en las guerras nadie gana.
Todos perdemos porque todos cometemos el mismo error.
Le entregamos al otro el poder de decidir cómo nos sentimos.

-Martín Macedo-

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