- EL USO DEL “NO”.
Empecemos por aclarar que el cerebro no registra jamás la palabra “NO”. Es por ello que al usar el “NO” en nuestras frases diarias, pláticas, conversaciones, opiniones, juicios, críticas, órdenes, consejos, etc. Es preferible utilizar frases en expansivas.
Frase incorrecta:
- “NO olvides comprar el pan cuando salgas del trabajo”
El cerebro del receptor entiende:
- Olvida comprar el pan cuando salgas del trabajo”
- “Recuerda comprar el pan cuando salgas del trabajo”
Para el cerebro subconsciente no existe el tiempo. Todo es hoy, todo ha sido hoy, y todo ocurrió hoy aunque ya hayan pasado varios años de algún hecho dramático, doloroso o feliz. Para el subconsciente sólo y únicamente existe el hoy.
Por lo tanto, hablar utilizando la palabra MAÑANA, el tiempo queda “INDEFINIDO” y eso nos confunde. Y basados en ello, entendamos que para la mente ese “mañana” nunca llega ni llegará y además es “diario”.
No existe en el calendario porque simplemente, SIEMPRE ES HOY.
- “Hijo, MAÑANA te sentirás mejor”
El cerebro del receptor entiende:
- “Hijo, ALGÚN DÍA te sentirás mejor”
“Hijo, HOY comienzas a sentirte mejor”
EL USO DEL “UN DÍA DE ESTOS”, “LA PRÓXIMA VEZ”, ETC..
Un tanto más confuso que el ejemplo anterior, porque aquí la mente entiende que no hay fecha concreta, por lo tanto le resta importancia.
- “La PRÓXIMA VEZ QUE NOS VEAMOS, les entrego sus calificaciones”
El cerebro del receptor entiende:
- “NO SÉ CUÁNDO, me entregan mis calificaciones”
- “EL JUEVES 25 A LAS 10AM, les entrego sus calificaciones”
-
EL USO DEL “TENGO QUE”.
El cerebro siempre percibirá la frase TENGO QUE como una obligación molesta, intolerable, que debe sufrirse o padecerse y es no es del todo saludable en ningún aspecto de nuestra vida. Por lo tanto, en una conversación con alguien o incluso al pensar en nuestras actividades diarias, lo mejor es un QUIERO o un DESEO.
Cualquier palabra que refleje agrado o gusto cambiará absolutamente la percepción de aquello…
- “TENGO que bajar de peso, TENGO que hacer ejercicio y TENGO que dejar de beber café”
El cerebro del receptor entiende:
- “QUE MOLESTIA, debo bajar de peso, QUE MOLESTIA, debo hacer ejercicio, QUE MOLESTIA, debo dejar de beber café”
- “DESEO bajar de peso, QUIERO hacer ejercicio y ME GUSTA la idea de beber menos café”
Estas son las típicas frases que todo el mundo decimos, en las que comenzamos con una idea positiva para después auto boicotearnos o boicotearla para liberarnos de “algo” que debe hacerse.
- “Claro que me gusta esa película, vamos el martes PERO yo te confirmo el lunes”.
(Yo mismo estoy expresando que no te llamaré el lunes, por lo tanto no iré contigo a ver esa película)
- Claro que me gusta esa película, vamos el martes, te confirmo el lunes a las 5pm por teléfono”.
EL USO DEL “QUÉ ABURRIDO”, “QUÉ CANSADO”, “QUÉ DESESPERANTE”, ETC.
Utilizar un “CALIFICADOR” de alguna situación o acción, predispone al cuerpo a no prepararse, a sentirnos negativos ante un hecho que puede ser fantástico.
- “QUÉ ABURRIDO venir diario a ésta clase”
- “QUÉ PESADO está el día”
- “QUÉ DESESPERANTE es ésta persona”
El calificar algo o a alguien dentro de una frase, provoca que automáticamente nuestra mente deje de percibirla como agradable, disfrutable, interesante, etc.
Y lo mismo ocurre si nosotros como personas, nos autocalificamos "negativamente" previo a enunciar una idea:
- “NO PUEDO aprender a nadar”.
- “SOY TONTA (O) para conducir”.
- “SOY OLVIDADIZA (O), mejor escríbemelo”
Por lo tanto, lo mejor antes de hablar e incluso antes de lanzar una idea con respecto a nosotros mismos, lo mejor es enunciar una idea SIMPLE, AFIRMATIVA y EXPANSIVA.
Al comenzar estos cambios iremos descubriendo cuántas veces en un solo día, decimos o nos dicen cosas que se “malentendieron”. O bien cosas que nos desvalorizaron o situaciones que evadimos.
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