Si estás durmiendo con el enemigo.
Noche tras noche.
Es porque así lo has elegido.
La libertad infinita es nuestra naturaleza.
Porque somos infinitos.
El enemigo no quiere tu felicidad.
Sólo le interesa su propia felicidad.
Y te usa a ti para alcanzar sus fines.
Te destrata y luego te pide perdón.
Y como te pide perdón le das una oportunidad.
Y vuelve a destratarte y vuelve a pedir perdón.
Y volverá a destratarte porque sabe que lo perdonarás.
La educación religiosa que hemos recibido nos ha inculcado que es necesario perdonar una y otra vez.
Porque el que ama mucho perdona mucho.
Pero una cosa es perdonar y otra es darle nuestro amor a alguien que no lo merece, que sólo quiere aprovecharse de nuestra debilidad.
No se debe confundir amigo con enemigo.
Nuestra intuición nos avisa cuando estamos en la cama equivocada.
Pero nuestros hábitos son tan fuertes que nos llevan al mismo sitio donde nos espera el maltrato.
Hasta que un día nos cansamos.
Ese día decimos "basta"......
He aprendido.
Usaré mi libertad infinita para compartir mi corazón con otro ser que quiera mi felicidad tanto como la suya.
No se trata de más o menos inteligencia.
Sino de un lento y gradual aprendizaje que todas las formas de vida deben experimentar para alcanzar la maestría suprema de la vida.
-Martín Macedo-
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