sábado, 8 de abril de 2023

El éxito es posible cuando la mente se enfoca en el infinito

 Billie Eilish ha logrado un gran éxito con sólo 15 años de edad.

Desde niña siempre soñó con ser una estrella; sus padres son actores de cine y han logrado notoriedad.
Su hermano también es músico.
Comenzó a practicar danza pero tuvo una lesión que la dejó sin sus entrenamientos por un largo tiempo.
Entonces el hermano le sugirió que probara con la música.
Le ayudó con los arreglos de un tema musical "Ocean eyes".
Lo subió a You Tube.
Cuando llegó a las 1000 reproducciones su hermano le dijo: "lo hicimos, hemos triunfado".
Era sólo el comienzo.
Pero en poco tiempo se viralizó y le llovieron ofertas para cantar y grabar discos.
Hoy lleva 222 millones de reproducciones.
Con 16 años da recitales donde miles de fans adolescentes la adoran como a una diosa.
Y prepara su próxima gira por todo los EEUU.
Tony Robbins tiene razón; vivimos en una era donde se pueden lograr éxitos fantásticos a una velocidad impensada hace unos 50 años y mucho menos en los tiempos antiguos.
¿Cómo explicar un éxito tan fantástico con sólo 15 años?
Su sistema de creencias es sano y la apoya porque su familia está habituada a la actuación y ella se siente favorecida.
Desde que era una niña sólo deseaba tocar la guitarra y triunfar.
Ese éxito instantáneo es yang infinito.
Su constitución es bien yang.
Tener 15 años también es muy yang y los hábitos de la familia son los de los actores de primer nivel que siempre cuidan su dieta y estado físico.
El yang infinito crea este tipo de éxito instantáneo.
Un objetivo preciso, una voluntad enfocada sólo en trabajar duro para convertirse en una estrella, y la creencia de que está predestinada.
Realmente, realmente desea ser una estrella.
Y el universo responde siempre.
Pero el yang infinito atrae al yin infinito.
Y una chica adolescente no tiene un auto control bien formado.
La tentación de las drogas, el alcohol y los trastornos alimentarios son frecuentes en estos casos.
La fama y el éxito tan rápidos presuponen grandes presiones.
Pero la presión infinita crea más éxito.
Una espiral gigantesca que la convierte en una diosa.
Y estos éxitos tan explosivos sólo son posibles cuando la mente sólo se enfoca en las cosas infinitas.
En el éxito infinito.
En la salud infinita.
En la felicidad infinita.
Y ese siempre fue el objetivo de los estudios macrobióticos en la escuela de Ohsawa.

-Martín Macedo-

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