domingo, 23 de abril de 2023

Antes de ser maestros debemos ser alumnos

 No te enamoras de Juan o de María, sino de la salud infinita que temporalmente encarna Juan o María.

La salud infinita es lo más deseable del universo.
Cuando ella está, todo fluye fácilmente, rápidamente, es el estado de gracia.
Pero como este mundo es el mundo de los antagonismos yin y yang, no es un estado permanente.
Y cuando menos lo pensamos ella nos deja para pasar al estado conocido como enfermedad crónica.
Cuando estamos en este nuevo estado, no podemos atraer al amor porque en este estado sólo hay carencia, dificultades, tristeza, abatimiento y baja auto estima.
Todo lo que sube debe bajar.
Todo lo que baja debe subir.
Es una Ley absoluta.
La salud infinita es un estado de alta energía, la vida infinita, la alegría infinita, el entusiasmo infinito.
La enfermedad crónica es un estado de baja energía, de carencia de energía, de carencia de todo.
Es como la riqueza y la pobreza.
Si le sacamos al rico y le damos al pobre, al poco tiempo las cosas vuelven al mismo estado, porque es como sacar agua potable de un país húmedo y verterla en el desierto.
Sólo aporta un alivio efímero pero no cambia el estado.
Porque el estado externo (visible yang) es sólo una proyección del estado interno (mental, invisible, yin).
Al llegar a los 40 la salud infinita huye de nuestro cuerpo a toda velocidad.
Mucha gente le teme a cumplir 40 años como si se tratara de una desgracia.
La gracia es tener la salud infinita.
La desgracia es perderla.
Pero si comprendemos yin y yang podemos regresar a la salud infinita en un tiempo increíblemente rápido.
Pero hay un poderoso obstáculo.
Se trata de la falta de comprensión.
Muchos dicen que saben sobre alimentación sana, vegana, natural, vitaminas, los cinco elementos, la medicina china, pero cuando se trata de poner en práctica la transmutación fracasan estrepitosamente.
Es como una mujer que quiere verse hermosa y enamorar haciéndose una cirugía plástica.
La verdadera belleza, la verdadera magia que enamora para siempre es la vida infinita o la salud infinita.
Y sólo la macrobiótica puede otorgarla.
Porque es la única filosofía que se basa en las dos fuerzas creadoras eternas yin y yang.
Muchos no comprenden; creen que la macrobiótica es una dieta muy estricta para curar algunas enfermedades rebeldes a las terapias clásicas.
Pero es una visión errónea.
Porque podemos subir y bajar los niveles de la energía vital.
Subir infinitamente.
Bajar infinitamente.
Y enamorar a la humanidad.
Hacer que el mundo se enamore del Principio Único.
Y es muy fácil de hacer.
Comienza con un bocado de arroz.
Comienza con cosas simples.
Este era el sueño de Ohsawa.
Y casi lo logra.
Sólo faltaron ajustar algunos detalles.
Ahora nos toca a nosotros, terminar la tarea del maestro.
Mostrar esta belleza y hacer que todos se enamoren para siempre.
Porque la edad es sólo un número.
Lo único que importa es expresar la salud infinita y conservarla para siempre.
Pero antes de ser maestros debemos ser alumnos.
Y muchos se niegan a serlo porque creen que pueden avanzar solos basándose en libros y buscando información...me pasó a mí y me llevó más de 10 años aceptar que necesitaba encontrar mi mentor para seguir creciendo.

-Martín Macedo-

No hay comentarios:

Publicar un comentario