Me han consultado por un caso de bilirrubina alta.
A esta persona que vive en España y se alimenta en forma consciente le han diagnosticado el síndrome de Gilbert.
Hay niveles insuficientes de una enzima llamada glucuronosiltransferasa.
Ese el nombre de la enzima y el cuadro fue definido por primera vez por el gastroenterólogo francés Agustín Nicolás Gilbert.
Su aporte a la salud de la humanidad fue muy pobre; describir una condición patológica y la comunidad científica lo premia poniéndole su nombre a la enfermedad.
Parece ser que ese es uno de los más altos honores que un médico occidental puede aspirar; que asocien tu apellido con el estado enfermizo que deben padecer miles de millones a lo largo de la historia.
Esto muestra que la atención está más fija en el diagnóstico y descripción de los detalles de la enfermedad que en la búsqueda de la salud absoluta.
Prefiero otro tipo de medicina que pone todo su poder, pasión y voluntad en crear la salud o desarrollarla a niveles absolutos.
Y me preguntan si el síndrome de Gilbert es yin o yang.
Los expertos estiman que el cuerpo crea unas 75.000 enzimas.
Lo hace todos los días, en realidad no es el cuerpo porque el cuerpo también está en el ataúd al final de la vida.
Es la inteligencia infinita que está animando a las células la que crea constantemente 75.000 enzimas diferentes.
Pero esta amiga tiene una de estas enzimas en niveles bajos y por esa razón su baja producción de glucuronosiltransferasa impide que se degrade correctamente la bilirrubina y hay un exceso de bilirrubina en la circulación y ese exceso tiñe la piel y el blanco de los ojos de un color amarillento similar al que se ve en muchos casos de hepatitis.
No es un cuadro serio pero tiene este inconveniente estético.
La medicina no puede curarlo porque no sabe cómo hacer para que la baja producción (yin) se convierta en alta producción (yang).
A lo sumo te vende la enzima sintética...y ahí está toda su gloria.
Pero nuestra amiga está en problemas porque todavía no se ha desarrollado la tecnología para la síntesis de la glucuronosiltransferasa.
Y me preguntan si es yin o yang.
Y yo razono que hay una disminución de la vitalidad.
La medicina afirma que el sindrome de Gilbert se debe a un defecto genético que se ha recibido por una anomalía genética y se ha recibido como herencia.
La culpa la tiene un gen y el paciente es víctima de su mala genética.
Pero la epigenética nos enseña que el gen se expresa en función de la calidad de su entorno; que si cambio las creencias, el entorno emocional y nutricional ese mismo gen expresará la salud infinita.
Así que la pregunta debería ser: ¿en qué puedo mejorar mi práctica, cuáles creencias me están limitando, qué emociones tóxicas estoy incubando?
Sé que ella se alimenta o trata de alimentarse bien, pero aún haciéndolo muy bien siempre se puede hacer mejor.
Hay otras 75.000 enzimas que podrían bajar, pero la inteligencia infinita sólo te baja una.
Para que la uses como trampolín hacia la salud infinita.
Todavía no haces lo máximo, todavía no te comprometes a fondo.
El sindrome de Gilbert es tu perla preciosa pero no la debes tirar como algo inútil sino emplearla para construir tu maestría y tener el hígado más fuerte del mundo.
-Martín Macedo-
No hay comentarios:
Publicar un comentario